Black And Blue-Evan Buckley

Cinco

Debería haber empezado a correr

Hace mucho, mucho tiempo.

Las cosas van bien entre Eleanor y Michael desde hace poco más de una semana. No es genial, pero es mejor de lo habitual. Él ha estado ayudándola a preparar el desayuno y la cena. Tener conversaciones reales con ella, preguntarle sobre su día. Él la ha ayudado a hacer cosas en la casa en lugar de simplemente sentarse ahí mirándola hacer todo. Salieron y comieron en público algo que, aparte de las cenas con su jefe, no habían hecho en años. Incluso la dejó elegir a dónde iban. Eleanor, aunque estaba feliz de tener algo de normalidad, sólo estaba conteniendo la respiración. El buen acto nunca duró mucho con Michael y era solo cuestión de tiempo hasta que él agregara nuevos moretones a su piel recién curada.

Era una tarde de domingo normal. Eleanor había hecho su viaje semanal al supermercado y ahora estaba en casa guardando todo. Michael se había ofrecido a ayudar, aunque Eleanor pudo ver que en realidad él no quería hacerlo. Ella le dijo que estaba bien, que podía manejarlo y él con mucho gusto se dirigió a la sala para ver el partido. Después de que Eleanor terminó, decidió preparar algunos bocadillos para el almuerzo. Echó algunas cosas al horno antes de preparar su clásico dip del día del partido. Sabía que a Michael le encantaba y estaba tratando de mantener la paz el mayor tiempo posible.

Se apoyó contra el mostrador, mirando al vacío mientras esperaba que estuviera lista la comida. Unos momentos más tarde, el cronómetro del horno sonó y la sacó de su aturdimiento. Apagó el horno, cogió un plato y transfirió todo, desde las cacerolas al plato. Justo cuando estaba a punto de llevar los aperitivos a la sala, escuchó sirenas que se dirigían hacia la casa. Eleanor miró por la ventana, pero no pudo ver mucho, así que decidió inspeccionar desde afuera. Cuando salió por la puerta principal notó una enorme nube de humo cerca de la casa del vecino. Caminó hacia el camino de entrada para verlo mejor, quería asegurarse de que estuvieran bien.

La vecina se dio cuenta y caminó hacia ella. "¿Están bien chicas?" Preguntó Eleanor.

"Estamos bien, gracias. Un pequeño percance en la cocina. Supongo que finalmente entiendo esa nueva barra invertida." María, la vecina, bromeó.

"Bueno, me alegro de que tú y tu esposa estén bien." Eleanor le dio unas palmaditas en el hombro. Se llevaba bien con sus vecinas, aunque sus encuentros siempre eran breves gracias a Michael. Eran buenas personas; Michael no cree en las parejas del mismo sexo por eso siempre las evita.

La esposa de Mary, Kayla, se unió a ellas poco después. Mientras conversaban, Eleanor notó a un bombero muy atractivo que también se había interesado en ella. Compartieron miradas desde el otro lado del césped. "Alguien tiene un admirador." Susurró Kayla mientras empujaba el brazo de Eleanor, Eleanor simplemente se sonrojó.

De repente sintió una mano fuerte en su brazo que tiró ligeramente de ella hacia atrás. "¿Qué diablos crees que estás haciendo?" Michael le gruñó al oído. Estaba tan cerca que podía sentir su aliento en la cara.

"Sólo estaba viendo a las vecinas." Mary y Kayla se quedaron a un lado y se ocuparon de sus propios asuntos. Sabían lo que pasaba, habían sido ellas quienes habían hecho la mayoría de las llamadas al 911 pero no había nada más que pudieran hacer.

"¿Crees que puedes hacer lo que quieras?"

"Lo siento. Sólo quería asegurarme de que estaban bien".

"Tienes que quedarte dentro y ocuparte de tus malditos asuntos. Deja a esta gente en paz." Michael habló en voz baja para que nadie más pudiera oírlo. Él apretó más su brazo, el dolor visible en su rostro.