Unexpected

08

Charles miraba incrédulo a su mejor amigo. Este le había contado todo, desde su presentación hasta la leyenda. Y la verdad estaba emocionado, su mejor amigo tenía una historia muy emocionante que contar.

Y en cierta parte amaba que fuera un omega. Así podía seguir cuidándolo y no al revés.

— Así que... En vez de dar una marca, la recibiste.— A pesar de que Charles también tenía una, no pudo evitar el tono burlón que salió de su voz.

— Si, ¿y sabes? Lo prefiero así. Me sentía incómodo pensando en que yo sería un alfa, fue un alivio saber que soy omega, aunque algo extraño en el momento.

Sergio mastico tranquilamente la manzana que traía en su mano

— Y, ¿hay una posibilidad de cachorros?— Sonrió.— Amaría ver unos minis-sergios  correteando de un lado a otro.— Charles amaba a los niños, pero al ser un beta, no podía tenerlos de forma natural.

El alquilar un vientre o la adopción, era algo a lo que tendría que recurrir en cuanto quisiera ser padre.

Sergio abrió sus ojos, demasiado. Se le había olvidado completamente. El no sabía sobre la opinión de cachorros en Max, pero creía que no le gustaría para nada. ¡Tenía solo 16 años joder! ¡Aun era un menor de edad! El por lo menos, ya había cumplido los 18.

Aunque en los cambiaformas tener cachorros a esa edad era completamente normal si era con tu destinado.

Si era con un desconocido o otra cosa, se tenía muy mal visto.

Pero a pesar de ser normal, muchos no querían tener cachorros tan jóvenes, pues eran adolescentes en su lado humano después de todo. Pero después de tenerlos, sus instintos paternales salían a flote, y olvidaban todos esos pensamientos.

Pero eso pasaba siempre que ellos estuvieron presentados, y los alfas, siempre solían tener 18 años o más, Max recién tenía sus 16. Literalmente, seria el primer alfa padre de esa edad.

Con una expresión asustada miró a su mejor amigo. Este le miraba con una sonrisa que desapareció al ver su expresión.

— Dios, se me había olvidado por completo.— Sus manos fueron hacia su rostro, tapando su cara en modo de desesperación.— Maxie es muy joven para ser padre.

— Aún que sea joven, no sabes si el quiere ser padre o no. Aunque no quiera, está en su instinto, así que no temas.— Charles se acercó hacia su mejor amigo, abrazándolo para reconfortarlo. Al ser un beta, no podía soltar feromonas para que el omega se relajará, pero su presencia funcionaba bastante. Lo supo al sentir el cuerpo de Sergio menos tenso.
Sergio, aún con los brazos de su mejor amigo rodeando su cuerpo, decidió algo.

Esta tarde hablaría con su Alfa.

Sergio y Max estaban sentados en la cama de su ahora departamento. Al ya estar marcados, se habían ido a vivir juntos, con la condición de que sus madres los visitarían seguido para ver cómo se encontraban.

Sergio ya le había contado a Max sus preocupaciones sobre el embarazo, y este se encontraba en silencio, asustando al pobre Sergio.

— Eres muy joven, Maxie... No quiero que te sientas obligado a tener cachorros por instinto, yo quiero tenerlos porque ambos los queramos y...— No pudo continuar. Max le estaba abrazando. Este había reaccionado con las palabras de su omega.

— Checo, yo seré el hombre más feliz del mundo si me das cachorros. No importa la edad. Además... Si yo hubiese sido el omega, también tendría la misma edad. No por ser alfa no tengo que ser padre joven. Nosotros rompemos la reglas y creamos las nuestras.— Sergio había comenzado a llorar por las palabras de su alfa, era tan lindo con el, desde que tenía memoria. Max con delicadeza, saco las pequeñas lágrimas que corrían por las mejillas del más bajo, con sus dedos pulgares. Para luego besar sus párpados.— Además... Yo no sufriré el parto.— Dijo para alivianar el ambiente.

Sergio le golpeó el brazo. 

— Auch.— Se quejó. Masajeando la zona golpeada.

— Tonto.— Y dicho esto, abrazo a su alfa. Diciéndole que era un alfa increíble y que lo amaba demasiado por medio del lazo.

Sergio se sentía en el cielo. Le había tocado el mejor alfa de todos.