Todo había salido bien. Después del nacimiento de sus bebés, todo había sido perfecto, hasta ahora.
En realidad, todo era perfecto con Max al lado suyo.
Sus hijo hoy cumplían sus 8 años y estaban organizando la fiesta. Aún que no era fácil siendo que su pequeño hijo corría de un lado a otro con su destinado, que cabe decir, era el hijo de Yuki y Pierre.
Olivia, su pequeña hija, también tenía una destinada, la cual era hija de su mejor amigo Charles y su alfa Carlos, ambos se complementaban muy bien, y eran muy tranquilos los dos. Sergio sentía que Emiliy sería la alfa perfecta para su hija, eran una muy bella pareja.
Aún recordaba el día en que se enteraron con Charles que sus hijos eran destinados. Pues la pareja había adoptado a Emily, y había sido muy sorprendente. Por qué vamos, ¿Cuántas posibilidades habían para que pasara eso?
Charles, había sido el más emocionado de los dos. Se lo había contado a todo el mundo, incluso a un señor que ni conocía y había resultado ser un muy famoso cantante. Era muy chistoso de recordar.
Sintió una presencia detrás suyo y luego unos brazos rodearlo. Max beso su nuca y acercó el cuerpo de su omega al suyo.
— Maxie, ¿Podrías traer los sándwiches por favor? Yo tengo las manos ocupadas.— Le mostró el pastel que traía a mano, en medio llevaba una foto de sus dos hijos, y una vela de Spiderman con una de Barbie, ambos niños tenían distintos gustos, pero se lo habían arreglado. Lo cómico era que la vela de Barbie era para su hijo, y la de Spiderman era para la pequeña.
Max bufo, sabía que Sergio lo hizo a propósito. Hace mucho que no tenían sexo, ni nada de contacto físico, algo bastante extraño, pero el pequeño omega siempre daba excusas y el, como buen esposo, le daba el gusto. Pues tampoco podía obligarlo. El estaba en contra de la violencia.
A regañadientes se separó de su amado, no sin antes darle un casto beso en los labios.
Sergio sonrió, hoy le daría una sorpresa a su alfa.
Cuando todos estaban juntos, cantaron el feliz cumpleaños, y los niños Verstappen soplaron las velas.
A la hora de los regalos, todos gritaban al ver los emocionantes juguetes que les daban o la bella ropa que habían recibido. Los niños agradecían contentos, pues amaban los regalos.
Antes de que todos se fueran, Sergio se levantó de su silla llamando la atención de todos los presentes.
— Tengo una noticia para todos.— Todos quedaron en completo silencio esperando lo que Sergio diría, inclusos sus dos pequeños retoños.— Saben que hace 8 años nacieron estos dos niños que alegran mis días, y también el fruto del hombre que amo.
Max escuchaba a su omega atento mientras lo miraba con amor y se lo transmitía por el vínculo. Era tan precioso, y solo suyo.
— Pues hoy, les diré que...— Se giró hacia su alfa y sintió morir de ternura al ver los ojos brillantes de su alfa, ya que había soltado sus feromonas, cosa que no hacia hace mucho y eso, no permitía que Max lo oliera. Pero ahora lo olfateó, y sintió su clásico aroma mezclado con el de el, pero uno más dulce que conocía muy bien, era el mismo olor del primer embarazo de Sergio. Eso significaba una sola cosa.— Volveremos a ser padres.
— Lindo, me haces tan feliz.— Dijo abrazando al omega, que recibió los mimos que este le daba, con mucho gusto.
Se escucharon aplausos y fijaron su vista en los invitados. Las señoras Pérez y Verstappen celebraban porque volverían a ser abuelas, mientras sus amigos los felicitaban.
— Y no solo eso Maxie.— Dijo Sergio, luego de que todos se calmaran.— Ya fui al doctor, ya sé cuántos son.
— Por eso actuabas tan raro estos meses.— Dijo Max al analizar la situación. Por eso su omega no quería tener sexo, quería que la noticia fuera sorpresa, y al tener sexo, olfatearía a los bebés, y la sorpresa se arruinaría.— Eso significa que... ¿Son más de uno?— Preguntó esperanzado.
— Si, Maxie.— Junto sus manos, notando la diferencia de tamaños.— Vamos a ser padres de trillizos.
Max abrió muy grande sus ojos. ¡Tres cachorros!
Sergio se preocupó al ver que Max no reaccionaba, ¿Acaso no le gusto la noticia?
— Max.— No pudo evitar morder su labio nervioso y acercándose al alfa con sigilo.— ¿Acaso no te gusto la noticia?
Max negó con la cabeza.
— No es eso, es que... Estoy tan feliz.— Lo tomo en brazos y lo giró, causando que el omega comenzará a reír. El alfa se deleitó con ese bello sonido que emitía el mayor.— Te amo, hermoso. Gracias, gracias, gracias por todo. Eres el más hermoso e inesperado regalo que me dio la vida. Te amo.
— Yo también te amo Maxie.
Ambos se besaron. Porque después de todo, el omega había resultado ser un alfa, y el alfa había sido el omega. Pero ellos estaban bien así, porque había sido el suceso más inesperado y bonito que podía existir.
FIN
Creditos a moonstarau

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Unexpected
Romance*Un Alfa que resultó ser Omega y un Omega resultó ser Alfa. Chestappen Top Max// Bottom Sergio Todos los créditos a su autor original @moonstarau