Capítulo 4: Un poco mas serio.

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       —Que mal que no hayas conseguido a nadie que fuera contigo—digo mientras miro los disfraces del estante y termino eligiendo un vestido azul oscuro, su falda seguramente llegaba hasta la rodilla porque lo probé encima de mí. Olía a nuevo y tenía mangas cortas y rectas.

—No, deja de decir eso. Mejor míra este disfraz, ¡amo estas películas! ¿Haz visto Scream? Son mis películas favoritas —dice mientras me muestra el paquete sellado del disfraz de Ghostface, animado y emocionado.

—Si, si vi esas películas, en lo personal creo que solo me gusta hasta la tercera película, el resto son amateur—dije rebuscando entre todos los disfraces.

—¡Muy cierto! —exclama mirando el vestido que había elegido, y sonríe burlándose, —espero que no hayas tomado tan literal la idea de irte de Cenicienta porque no dejaré que hagas eso —se ríe.

—No—dije, —iré de Alicia, pero no de cualquier Alicia, ¿sabes a qué me refiero? —sonrió emocionada.

—¡Oh! He jugado ese juego, es muy original de tu parte, y más original que lo conozcas, ¿juegas videojuegos? —pregunta siguiéndome mientras yo busco por todas partes al encargado y cuando lo encuentro peleando con dos chicas sobre un disfraz roto chasquee la lengua y Jeff toma del estante un vestido blanco y volteo a verlo entrecerrando los ojos, ambos nos miramos y asentí entendiendo su idea.

—Ahora hay que ir por la sangre falsa —me codea.

El día de hoy habían muchas personas, había mucha decoración y cosas alusivas a este día. Incluso la vibra y el clima estaban de acuerdo, pues estaba soleado y fresco al mismo tiempo como en las películas. Al terminar de comprar salimos juntos del local y yo aproveché para ver a mi alrededor sumamente entretenida con la música y sonriendo al ver los disfraces de las personas que ya se habían vestido para el día. Algunos niños corrían por la calle con sus disfraces de Spiderman y Hulk y habían folletos y hojas pegadas en los postes sobre fiestas y festivales.

—¿Haz celebrado este día? —pregunta.

—La verdad no. Mi mamá nos compraba dulces ese día y con mis hermanos pasábamos todo el día viendo películas de terror hasta la madrugada, compraba palomitas y toda clase de comida que nos gustara, era genial —sonreí mientras recordaba.

—¿Tienes hermanos?

—Si. Dos hermanos —asentí, caminábamos por la acera así que me hice a un lado cuando un grupo de chicos corría en mi dirección y pasaron de largo persiguiéndose mutuamente, una señora regalaba dulces, sostenía una vasija naranja que parecía una gran calabaza y nos ofreció caramelos, ambos tomamos varios, —¡Gracias! —le agradecí, la señora sonríe y asiente entregando más dulces a un grupo de niños, —háblame un poco más de ti, casi nunca hablamos pero me gustaría conocerte un poco más, claro, no pienses mal.

—¿Qué te gustaría saber? —pregunta interesado.

—No lo sé... Lo que tú quieras contarme, siéntete libre de decirme cualquier cosa sobre ti —dije.

      Pateo con mi tenis un montón de hojas situadas junto a la acera y antes de que Jeff hablara se queda viendo por un momento y antes de reírse un señor sale del local con una escoba y empieza a gritar, ambos empezamos a correr. Nos detuvimos al llegar hasta su auto, Sentra color blanco y subimos en el rápidamente. En el interior empezamos a reír y él encendió el auto mirando por el espejo retrovisor.

—El señor se enojó demasiado—dije sosteniendo la bolsa de compras y acomodaba mi suéter de botones gris.

Jeff conducía por la calle y al detenerse en el primer semáforo en rojo sacó de su chaqueta negra la llave del auto y la dejó en su regazo volviendo a conducir cuando el semáforo cambió a verde.

|Peligrosamente Tuyo|Libro#1| "Llámame pronto, cariño"|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora