Capítulo 8: Mi corazón.

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Entré a la casa utilizando mi llave, desactive la alarma enojada después de que alertara de que había llegado, era muy tarde pues la noche aún entraba y ya pasaba de las 12 de la noche. Con rapidez active la alarma y le coloqué el seguro a la puerta, rápidamente subí por las escaleras aún presenciando la oscuridad del interior de la casa, la cual era pesada y extraña. Mis pasos fueron acelerando más y más incluso cuando llegué a las habitaciones de arriba, ahí fue donde Jeff abrió la puerta de su habitación y yo pasé de largo su presencia, no quería hablar con el, tampoco quería verlo, es por eso que cuando me siguió me detuve frente a mi puerta cerrando los ojos de golpe, para después abrirlos mientras metía la llave en la endidura.

—Delilah, necesitamos hablar al respecto —intenta decir desesperado.

—Déjame sola—digo antes de cerrar la puerta frente a sus narices después de entrar torpemente, él la detiene de golpe con su mano evitando que la cerrara, mirarlo a los ojos fue lo más difícil que pude hacer, por eso es que por inercia encendí la luz de mi habitación y me mantuve frente a la puerta, —de verdad, no tengo ganas de hablar ahora.

—Pero yo sí quiero hablar contigo. No entiendo porque reaccionaste de esa manera, y sé que por el momento es algo confuso para ti que te haya dicho eso, cuando entiendo perfectamente que tú me haz ayudado en todo este tiempo a hacerme sentir bien...

—Me siento un poco mal, Jeff. Respeto lo que haces, lo que eres y como eres. Pero yo trabajo para ti, y ahora vuelves todo más incómodo de lo que ya era. Además, esto sería extraño y lo sabes —dije recargándome en la puerta, exhale nerviosa.

—Yo no estoy mintiendo, mucho menos es algo que surgió de la noche a la mañana, lo que siento por ti es verdadero y tomó tiempo. Así como tomó tiempo aceptar que Wendy no era para mí, ahora puedo aceptar que a pesar de todo tu siempre estuviste ahí, para mí. Tal y como nunca te lo pedí, lo hiciste incondicionalmente, sin importarte mucho si te rechazaba o te pedía que te alejaras de mí. Siempre estabas ahí. Presente de alguna forma...

—Quiero romper el contrato —dije bruscamente, —esto no va a funcionar, Jeff. Y estoy dispuesta a pagar por todo, así tenga que vender mis órganos para hacerlo y te regresaré todo lo que me diste. Pero ya no quiero estar aquí, ni un minuto más.

—No, no puedes, eso no se puede. Te dije que una vez que entrarás, ya no habría salida...

—Eso no me importa.

—¡Pero yo no lo voy a romper! No voy a terminar nada, así tengas que vivir aquí por el resto de tus días —replica molesto, —no tienes de otra más que aceptarlo.

—¿Porque estas castigándome? —dije en un murmuró bajando la mirada con los ojos llorosos.

—¿Porque no me crees, Delilah? ¿Porque no crees en esto que siento por ti?

—Es complicado —respondí evadiendo su mirada, —más de lo que pudieras imaginarte.

—Dime porque...

Empecé a llorar y entré a la habitación dándole la espalda, me acerqué a la ventana y moví un poco la cortina sintiendo mis lágrimas caer, después volví a mirar hacia atrás y Jeff ya estaba el dentro de la habitación del otro lado de la cama mirándome con atención. Limpie mis ojos y aclaré mi garganta.

—Delilah, dime porque... —suplica con temor.

—Jeff, no me hagas esto...—digo entre sollozos.

—Delilah, dime porque —vuelve a insistir.

—Porque una persona que conocía me... Una persona muy cercana a mí me tocó cuando era una niña. Esa persona murió, y jamás pude decirle nada a nadie porque no puedo... No es algo que cuentas todos los días—contesté enojada, —yo jamás dije nada porque tenía miedo —dije molesta, me senté en la orilla de la cama dándole la espalda y tape mi rostro llorando como tonta, —tenía miedo, le tenía miedo... —solloce molesta conmigo misma.

|Peligrosamente Tuyo|Libro#1| "Llámame pronto, cariño"|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora