Capitulo 7 - Mantén silencio

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Con la cabeza latiendo de dolor y una sensación de pesadez en todo el cuerpo, abrí los ojos lentamente. El entorno giraba a mi alrededor, y una punzada de mareo me hizo cerrar los ojos de nuevo, no sabía muy bien donde estaba. Las secuelas del efecto del gas aún perduraban en mi cuerpo. Cada movimiento era una lucha, y me esforcé por incorporarme, sintiendo el dolor punzante en cada músculo al estirarme, me frote los ojos con la esperanza de poder ver algo o al menos reconocer donde estaba, por el momento solo podía distinguir algunas sombras borrosas, que me podía imaginar que eran los compañeros del carruaje, di un par de pasos y noté cierta resistencia en el tobillo, una cadena me tenía encadenada contra la pared, examiné la cadena buscando algún eslabón flojo que pudiera romper con un poco de fuerza, pero no podía ver apenas nada, palpé la cintura en busca de la espada, pero no la llevaba, me la habían quitado antes de movernos aquí.

Poco a poco podía distinguir colores y algún que otro rostro, Teon estaba tumbado en el suelo en una de las esquinas del calabozo, aún no había despertado, a más gas más tiempo dormido. Analice la situación y la puerta estaba demasiado lejos para llegar por la cadena, a mi izquierda estaba el hombre encapuchado y el mercader sin su bolsa, iba a estar bien contento cuando abriera los ojos.

El sonido de los pasos y el chirrido de la puerta al abrirse me sacaron bruscamente de mis pensamientos, y levanté la vista para encontrarme con la mirada penetrante de los guardias armados que acababan de entrar en el calabozo. Un escalofrío recorrió mi espalda al escuchar las palabras despectivas de uno de ellos, y sentí el peso de su burla como un golpe en el estómago.

Los dos soldados se abalanzaron sobre mí con ferocidad, con sus armas desenvainadas y listas para el combate, me coloque en una postura defensiva, esperando que saliera bien esto.

El primer soldado se lanzó hacia mí con un golpe horizontal de su espada, pero logré esquivarlo con un ágil movimiento lateral. Aprovechando su momento de vulnerabilidad, contraataqué con un rápido golpe de rodilla, golpeando con fuerza su costado expuesto.

El soldado gruñó de dolor, pero no se detuvo. Con renovada determinación, se lanzó hacia mí una vez más, esta vez con un golpe descendente destinado a mi cabeza. me moví con un paso lateral y levante la pierna encadenada esperando que el golpe partiera la cadena, conseguí bloquear el ataque, pero del impacto mi pierna golpeó directamente el suelo sin romper la cadena, mientras tanto, el segundo soldado se acercaba desde el otro lado, tratando de tomar ventaja de mi distracción. Con un giro rápido, desvié su ataque y contraataqué con una serie de golpes rápidos y precisos, buscando debilidades en su defensa, golpeando en cada parte de su pecho, finalmente conseguí noquear a los dos jadeando y cubierta de sudor, tenía la adrenalina recorriendo todo mi cuerpo, arranque una de las espadas de la mano de uno de los guardias y a base de golpes conseguí romper la cadena que me ataba.

- Ya solo queda sacar al resto - dije en voz baja

Registre a los guardias en busca de alguna llave o algo que me sirviera para soltarlos, pero estos no tenían nada, habrían venido porque me oyeron levantarme, salí por los pasillos, apenas iluminado por unas antorchas, no conseguía ver mas alla de mi nariz y las antorchas estaban demasiado altas para cogerlas.

Avance unos pocos metros y me fui encontrando con más celdas, cada una con un grupo de prisioneros atrapados de igual modo que nosotros, salvo en una que solo había una señora liberada en el interior de la celda, pero con la puerta reforzada con varias cadenas.

- Disculpe, ¿está bien? - pregunte asomada

- oh niña - murmuró la señora en la oscuridad - Déjame verte más de cerca - Sin darme cuenta la señora me tenía sujetada por una de las manos - Déjame decirte tu futuro niña

La Caja de PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora