Cuatro años después

Pruebas

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Diane

La última vez que tuve una crisis fue cuando aún era una niña, mamá siempre me ayudaba a lidiar con ellas, pero ahora estaba sola

Sentía como el aire no entraba a mis pulmones y eso me desesperaba, me retorcía en el suelo con la mirada de Dolores en mi, sus bonitos ojos llenos de lágrimas y desesperación

Mi cabeza dio contra el piso, y en el, supliqué entre gemidos por mi inhalador

El aire ya no me era suficiente, mis manos se lograron liberar pero mi inhalador no estaba en el bolsillo de mi pantalón

Cerré los ojos cuando alguien abrió la puerta, los pasos de esa persona se acercaban a mi, solté un jadeo cuando me sostuvo entre sus brazos

— respira conmigo pecas —me pidió King —. Mírame eh, estoy aquí contigo, vamos, inhala... Exhala, como en los viejos tiempos

Me enganché de él, King me sujetaba con fuerza, me transmitía seguridad

— respira mi amor—me pidió otra vez — sé que tú puedes bonita, inhal.

King soltó un gemido de dolor, Droll acababa de apuñalarlo por la espalda dejando su camisa llena de sangre

— King ... —articulé como pude —.

— estoy bien, tranquila

Se paró y le dio la cara al hombre, que tenía en su poder un cuchillo filoso y largo

— tiempo sin verte King

— lo mismo digo, no pensé que nos reencontraríamos así —dijo mi amado limpiándose la sangre—.

— dame las pruebas

— no sé de qué hablas —demandó con enojo —.

— lo sabes, hagamos las cosas más fáciles —dijo él, a los segundos sacó de su bolsillo mi inhalador —. Diane está teniendo un grave ataque, tú lo decides, dame las evidencias o tú chica muere

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King

Miré el pendrive que tenía en mis manos y luego a Diane, cerré mis ojos con mi decisión ya tomada, estire mi brazo y.

– Harlequin no —me pidió entre lágrimas—. No lo hagas

Le sonreí

— He perdido muchas cosas en la vida Diane.... Y tú no serás una de ellas, no otra vez

Le entregue el pendrive al hombre este me sonrió y me dio lo que me prometió, luego salió corriendo del lugar

Me acerqué a Diane y la sostuve en mis brazos, puse el inhalador en su boca y ella le dio tres caladas seguidas, el pánico se apoderó de mí cuando noté que no funcionaba

— ¿porque no funciona?

— ¡la inyección! —me gritó Dolores sacándose la cinta de la boca —. Ella necesita la inyección para respirar

— ¿d-donde está?

— en su habitación, segundo cajón de su mesita de noche —me dijo sosteniendo la cabeza de su hermana y acariciando su frente —.

Salí corriendo hacia allí y regresé a los segundos, inyecté eso en su pecho, Diane cerró los ojos y los míos se cubrieron de lágrimas

— no te vayas Diane.... No me dejes solo otra vez

Bese su frente recordando el maldito día que la perdí por primera vez

— te amo mucho... como no tienes idea

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