La escalera era alfombrada. Si Amanda estuviera aquí, no pararía de decirme que era una mocosa con suerte. Digamos que siempre fui un poco más privilegiada que mis hermanas. En lo monetario, porque en lo otro, bueno, eso ya es harina de otro costal, mejor no traer a colación cosas tristes.
En el sótano, que al parecer Cintya lo había convertido en su habitación, se hallaba una repisa llena de trofeos y una enorme biblioteca, digna de la Bella y la Bestia. No pude evitar sentir una pizca de envidia. Ella tenía mi librero soñado y me lo estaba restregando en la cara. También había un traje de bailarina de ballet. Hasta las balerinas estaban colgadas de la misma percha que prenda.
―Era bailarina antes. Ya va a ser unos años que lo dejé , unos tres. Aunque, para mí, parecen una vida entera.
―Eras bastante buena, al parecer.
―Lo era, o al menos, eso me hicieron creer. En realidad, casi obtuve una beca para estudiar en América, pero preferí rechazarla. Mi novia murió y mis padres, bueno, no estaban en su mejor momento. No podía abandonarlos.
Esa respuesta me enterneció bastante. Se notaba que Cintya tenía un buen corazón. Y yo, me sentía como una mierda, porque solamente la había valorado por su físico. Hasta había asumido que era tonta por su incalculable belleza. Un prejuicio que quizás se genera a base de lo que se ve por fuera. Cuando, en realidad lo que importa es lo que hay dentro de nosotros.
―Ven. ¿Te gustaría ver Juego de Tronos? Podemos ver el primer capítulo de la primera temporada―sugirió Cintya, mientras palmeaba suavemente a su lado.
No dudé ni siquiera un segundo. Recé para no resbalarme, porque, con la suerte que tengo, tenía miedo de caerme de bruces al suelo. Me dejé caer a su lado y le sonreí con suavidad, Ella tenía unos dientes preciosos, como los de una modelo de una marca de dentífrico.
Yo los tengo todos torcidos, aunque bien cuidados. Mi ortodontista me felicito en la última ida a su consultorio. Y yo, me sentí extrañamente feliz por ello. Siempre me sentía así, cuando alguien reconocía mis logros. Cintya le puso «reproducir» al primer capítulo y yo traté de prestarle la mayor atención posible, aunque ya lo hubiese visto cientos de veces con mis primas y mis tíos. Era casi una tradición ponernos a ver esta serie.
―Tengo que admitir que me caen mejor los Lannister... Bueno, Jaime es un idiota, pero es apuesto. ―Admití en un susurro avergonzado y las mejillas rojas. Mis primas, las gemelas, fans de los Stark, por causa de Robb y Jon, prácticamente me habían hecho un motín cuando les dije la razón de mi gusto por los Lannister, era que Jaime estaba bueno.
Esperaba que Cintya me dijera que era un sacrilegio que no me cayera bien la familia protagonista. Pero, en su lugar, ella se echó a reír y me miró con una suave expresión pícara.
―Tengo que admitir que Jaime Lannister es sexy, aunque es bastante idiota. ¿Qué libros sueles leer, además de la saga de Canción de Hielo y Fuego? ¿Cómo llenas el vacío de esperar el anteúltimo libro?
Su pregunta me descolocó un poco. Las personas no solían interesarse mucho en mí. Solamente se conformaban con saber lo básico, y normalmente lo básico de mí, no era algo que les atrajera mucho. Simplemente, no podían lidiar con una persona con un pasado como el mío, con tantos traumas y llena de culpas. De recuerdos que aún dañan mi corazón frágil, como una hoja de papel.
―Me gusta el género de fantasía. Pero, si tuviera que elegir, diría que me gusta leer los libros de romances dramáticos o trágicos. Soy de las personas que creen que hay que tener una historia de amor trágica y que te marque para siempre. ―Le dije, con una sonrisa un poco más tímida.
Cintya rio, mientras que negaba suavemente con la cabeza. Yo la miré con el ceño ligeramente fruncido. Tengo que admitir que su risa me molestó un poco.
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Corazón frágil © #WattpadLGBTQ+
Teen FictionEmily es introvertida, amargada y desconfiada. Cintya es alegre, feliz y amigable. La mitad de un todo. La contra parte de la otra. Todos los derechos reservados © Registrada esta obra en Safe Creative y la Cámara Argentina de Derechos de Autor. Núm...