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UNO

Midori, al principio, solo se había mudado a Argentina por la cultura. Quería un cambio de aires y mantenerse alejada de México por un tiempo. Aunque ya era streamer desde antes, viviendo en México, sentía que algo le faltaba. Argentina le ofrecía lo que buscaba: nuevas experiencias, nuevas personas, y una energía distinta. Así fue como terminó allí, poco a poco conociendo a gran parte de la industria argentina, entre ellos a Emilia Mernes y Duki.

Aun así, seguía siendo una persona reservada. Salir no era lo suyo. Siempre usaba la misma excusa: "me falta energía social", aunque, en el fondo, había razones más personales que prefería no explicar. Por eso, si ella no iba, ellos iban a donde estaba ella. Y lo agradecía. No era lo mismo, claro… le hacían falta sus amigos de siempre: Roier, Rivers, Aldo, Mariana. Pero, de algún modo, se había adaptado.

Ese día, se había despertado con cero ganas de salir. Ni siquiera quería ver el mundo. Había preparado su desayuno —unas tostadas con palta y café con leche— y estaba cómodamente en su cama, arropada y viendo videos en el celular, cuando la vida, como siempre, decidió que ella no podía tener paz.

El teléfono sonó. Era Emi.

—¿Alo? ¿Emi? —atendío Midori

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—¿Alo? ¿Emi? —atendío Midori

—¡Amigaaa! Vamos a ir a la Bresh... ¿te anotas? —preguntó Emilia con esa energía tan suya.

—Eh... no sé —respondío, llevándo la taza de café a los labios.

—¿Irás, verdad? Por favor, no me obligues a ir hasta tu casa a sacarte. —La escucho reír, pero hablaba en serio.

—No lo sé... —suspiro—. No es el tipo de ambiente al que estoy acostumbrada, Emi.

—¡Ándale! —insistió—. Vas a conocer a Nicki... ¿no que era tu artista favorita?

Emilia sabía perfectamente cómo convencer a Midori. Cerro los ojos un momento, derrotada.

—Bien... iré. Dime el día y la hora.

—¡MAURO! ¡DIJO QUE SÍ VA A VENIR! —gritó lejos del teléfono. Escucho que Mauro respondió algo, pero no pudo entender qué.

—Perfecto, te mandare la ubicación. Es mañana en la tarde. ¡Besitos, linda!

—Nos vemos, Emi —Midori colgó la llamada y dejo el celular sobre la mesa, suspirando.

Volvio a concentrarse en su  desayuno, intentando mentalizar. No era el plan que tenía para el fin de semana... pero así era la vida cuando tenías amigos argentinos que no aceptaban un "no" por respuesta.

MIDORI

Más tarde decidí prender directo, como era costumbre. Me senté frente a la compu, inicié la transmisión y dejé al chat en la sala de espera mientras sonaba una canción de Duki de fondo.

SOLO NOSOTROS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora