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CAMBIOS

CAMBIOS

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C

uando Emilia se enteró de que Mateo y Midori regresaban a Argentina, los invitó a su casa. Quería saber qué pasaba entre ellos.

—Hola, Mau —saludó Midori, y Duki le respondió el saludo.

—Emi te espera en el patio. Yo tengo que hablar de algo con Mateo —Midori asintió, algo confundida.

Emilia estaba sentada en una de las mesitas del jardín tomando limonada. Cuando vio a Midori acercarse, corrió a abrazarla.

—¡Qué gusto verte, Emi! —dijo ella, correspondiendo el abrazo.

—Te extrañé demasiado. ¿Se quedarán a comer?

—Claro.

—Una cosa... es una parrillada. Vendrán los demás como a las dos.

—Va... ¿“Los demás” significa?

—También Nicki. Es mi amiga, y de Duki también. No queremos excluirla. Espero que no te moleste.

—Para nada. Me encantaría arreglar la situación con ella.

—Vos no tenés que disculparte, y lo sabés, Midori.

—Solo quiero llevar la fiesta en paz con ella.

—Midori... no sos vos quien debe disculparse. Tiene que ser ella.

—Entiendo, Emi.

Mientras tanto, Mateo estaba en una situación algo incómoda junto a Mauro. Sentía el ambiente tenso.

—¿De qué querés hablar? —preguntó Mateo.

—Es sobre Midori. No quiero que malinterpretes las cosas. Midori es como mi hermanita y no sé qué intenciones tengas con ella. ¿Un amorío de días? ¿Qué es lo que querés de ella?

—Sé que conocés a Midori desde hace mucho tiempo y que te preocupás por ella. Lo entiendo. Quiero dejar en claro que no voy a jugar con Midori. Es a ella a quien buscaba para sentirme completo, y creeme que no podría lastimarla. Midori es una persona muy amable. Jamás, pero jamás, le haría daño.

—Solo te voy a decir que tenés mi permiso. Así que cuidala y protegela, que ella ya pasó por demasiadas cosas.

—Tenés mi palabra: voy a proteger, cuidar y amar a Midori con mi vida.

—¡Chicos! ¡Ya llegamos! ¿Qué onda? ¿La Míd y vos ya son novios? —preguntó Lit, entrando a la casa de Mauro. Quién sabe cómo entró; seguro ya tenía llave de la casa de la pareja.

—¡Che, qué onda! Ya fue el Mateo, está rendido a los pies de la Mid —dijo Duki con gracia.

—¿Pero ya se besaron o no? —preguntó Tuli.

SOLO NOSOTROS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora