Después de que Mateo y Nicki terminarán, él se sintió demasiado mal, como si el mundo se le viniera encima. Pero un año después, conoce a una chica que le hace sentir especial de nuevo. Mientras tanto, Midori, una chica normal, ve cómo su vida cambi...
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MIDORI
Trueno se presentaría hoy en Viña del Mar por primera vez. En cierta parte me emocionaba, pero al mismo tiempo me preocupaba. Mateo tenía un corazón algo frágil y las personas solían ser muy crueles con él en redes sociales, comparándolo con Hassan o Peso Pluma. Como sea, no me interesa nada sobre ese tipo. Creo que solo estoy exagerando un poco las cosas. Debería relajarme...
Varios artistas comenzaron a presentarse. La verdad, es que solo había ido a apoyar a Mateo. Mientras le preparaban el vestuario, yo grababa un vlog para YouTube.
—Saluda a la cámara —le dije a Mateo, quien sonrió y me guiñó un ojo—. Muy coqueto el muchacho.
—Midori, estuve pensando en algo —dijo Mateo, mirándome con seriedad.
Lo miré con duda.
—No es nada malo. Sucede que quiero que conozcas a mis padres, ¿te gustaría?
—Me encantaría. ¿Crees que le agradaré a tu madre?
—Claro, ella es un amor de persona, igual que vos. Se llevarán bien.
—Uff, me hace sentir algo de alivio.
—¿Y qué hay de tus padres? Nunca hablas de ellos.
—Es un tema complicado. Los únicos que saben son mis amigos de Monterrey. Pero claro, puedo contarte por qué ahora somos amigos, ¿verdad?
—Claro, lo somos.
—Aquí hay muchas personas... Cuando estemos solos, te contaré.
—Trueno, ya puedes ponerte el vestuario —dijo una de sus ayudantes, una muchacha joven y algo coqueta—. ¿Necesitas ayuda?
—No, gracias —respondió algo seco, ni siquiera la miró.
—¿Le gustas? —pregunté, y luego me arrepentí. Miré hacia otro lado—. Olvídalo, me excedí.
—No pasa nada, es curiosidad. Todos la tenemos. Y quiero saber algo... ¿Tú y Spreen intentan algo? —preguntó, y yo solo me reí.
—¡Claro que no! Solo somos amigos.
—Qué bueno... O sea, me refiero a... ya sabes. Debo ir a arreglarme —se alejó lo más rápido posible.
Después de un rato, Mateo cerró el espectáculo en Viña del Mar, después de cantar varias canciones.
—¿Vos qué sos de Mateo? —me asusté un poco, porque no reconocía la voz de aquella chica.
—Lamento haberte asustado, soy María Becerra.
—No te preocupes, no te estaba reconociendo. Mateo y yo somos amigos.
—Sonríe mucho contigo. No creo que sean solo amigos.
