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MOLESTA POR EL INCIDENTE, Bulma apagó su radio, tomó sus cosas, y se fue a duchar. Pero ni el agua calienta logró relajarla, no podía quitar de su mente: la manera en la que el saiyano la estaba mirando.

—Acaso él..., ¿me estaba mirando con deseo? —se preguntó a sí misma, y su cuerpo se estremeció de solo pensarlo.

"¿Qué te sucede mujer? No puedes interesarte en ese salvaje, irrespetuoso y malhumorado..., pero es tan guapo..., y varonil, y..., se ve tan solo..."

Agitó su cabeza con fuerza para deshacerse de esos pensamientos.

—Tendrías que estar loca, para imaginar algo así. Además, Yamcha... —otro pensamiento cortó con su auto recriminación, y es que no se había dado el tiempo de analizarlo: "¿Por qué se sentía tan distante de su novio?"

Si bien era cierto que Yamcha había sido infiel en el pasado, también era cierto que ella lo había perdonado. Sin embargo, se sentía diferente con él, "¿por qué?"

Abrió grandes los ojos al darse una respuesta a esa pregunta.

—Bulma, ¿acaso tú... te estás enamorando de Vegeta?

Sorprendida por su autoanálisis, terminó de enjuagar su cuerpo, se cubrió con una toalla, y se marchó a su recamara. Pero sin dejar de darle vueltas al asunto.

"¿En qué estás pensando? Es una tontería, ese sujeto no tiene sentimientos, solo piensa en pelear, como el salvaje de Goku".

Se dejó caer sobre su cama.

"Sin embargo..., hay algo en él, que me atrae, y no lo puedo evitar".

Entre esos pensamientos se quedó dormida.

A LA MAÑANA SIGUIENTE, la chica despertó por el insistente llamado a la puerta de su casa: se trataba de Yamcha, que además la llamaba a gritos.

Con las pocas ganas que ella tenía de lidiar con él, se fue a lavar primero.

Y como la peli azul tardó un buen rato en bajar a abrir la puerta, su desesperado novio ya estaba por elevar el vuelo hasta su ventana, pero la chica le abrió antes de que él pudiera despegar los pies del piso.

Yamcha, ¿qué haces aquí tan temprano?, ¿y por qué estás gritando?

Él la miró de pies a cabeza: la muchacha estaba cubierta con una bata, que no tapaba por completo su ligero camisón de dormir.

—Ayer me dijiste que tus padres habían salido de viaje.

—Si, ¿y que con eso?

—Cómo qué, ¿qué pasa con eso?, yo lo olvidé por completo. ¿Te das cuenta de que pasaste la noche sola con Vegeta?

Ella no veía nada de malo en el asunto.

—Mejor así, ¿no? Gracias a eso no corrí ningún peligro.

—Yo me habría quedado contigo, si me lo hubieras pedido.

—Pero no hacía falta, ya vez que me encuentro muy bien.

—Pero ese tipo..., pudo tratar de propasarse contigo, ¿acaso no te das cuenta?

El recuerdo de Vegeta mirándola, golpeó la mente de Bulma de inmediato.

Pero negó cualquier peligro.

—No..., no pasa nada. Todo está bien. ¿Te quedaras a desayunar?

Una vez más él se dio por vencido.

—Si, si me quedaré.

Al poco rato de que entraran a la cocina, Vegeta también bajó a desayunar: se sentó a la mesa sin siquiera saludar, y Bulma, sin hacer ninguna pregunta, dejó sus alimentos para prepararle el desayuno, denotando que ya sabía lo que comería el saiyajin.

ᑌᑎᗩ IᑎSEᑕTᗩ ᑭᗩᖇᗩ ᑌᑎ ᑭᖇÍᑎᑕIᑭEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora