Aquí viendo cómo un fanfic que escribí al putazo se hizo popular y ahora debo escribir más:
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Mientras Rayne se enfrenta a una crisis existencial, veamos que hace el resto del grupo.
✨🌙✨
La textura crujiente se deshacía en su boca, permitiendo que el relleno de vainilla se deslizara sobre su lengua. Un sabor dulce y placentero, como una cerveza fría en una noche de verano. Definitivamente, los panecillos eran lo mejor del mundo. O tal vez era el embarazo haciendo de las suyas, porque desde esa mañana el apetito de Mash había aumentado considerablemente.
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Al abrir la ventana, Dot sintió una agradable corriente de aire fresco que ventilaba la habitación. Vestía el clásico delantal de cocina junto al gorrito de chef, con un poco de harina en el rostro y la piel impregnada por la esencia a vainilla. Rápidamente se quitó la banda de su frente, dejando que la brisa le revolviera el cabello.
— ¿Crees que sean suficientes? — Preguntó el rubio a su lado, quitándose el delantal.
— ¿Para Mash? Nah, es más fácil meter el sol en una taza de té. — Soltó Dot entre risas. La idea de los panecillos fue suya, ya que no pudo negarse a los antojos de su amigo. Finn, siempre dispuesto a ayudar, se unió a la causa. Habían quedado de reunirse con Lance, así que mataban el tiempo con algo de repostería.
—Creo que ya van como diez — Murmuró el rubio observando a Mash disfrutar de su postre.
— Mash es capaz de comer el doble de eso y seguir pidiendo más. Es como un pozo sin fondo — Añadió el pelirrojo con un guiño.
— Quiero más. — Pidió el Omega de ojos dorados. Satisfacer su apetito por los panecillos es como detener la lluvia con las manos, imposible.
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