II: Dudas y descubrimientos

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La mañana siguiente, Harry se despertó con la mente aún turbia por el descubrimiento de la Amortentia. Se preguntaba una y otra vez si realmente era posible que su corazón latiera de manera diferente cada vez que veía a Draco Malfoy. La idea era desconcertante y aterradora al mismo tiempo.

Durante las clases del día, Harry encontró su atención divagando repetidamente hacia Malfoy. Cada vez que el rubio levantaba la mano para responder una pregunta o se movía en su asiento, Harry se sorprendía observándolo con una intensidad que no podía explicar. Se obligó a sí mismo a desviar la mirada y centrarse en las lecciones, pero su mente siempre regresaba a esa misma pregunta: ¿Qué significaba todo esto?

En el comedor durante el almuerzo, Harry notó que sus amigos intercambiaban miradas significativas cada vez que él volvía a mirar hacia la mesa de Slytherin donde se sentaba Malfoy. Ron le dio un codazo juguetón, intentando sacarlo de su ensimismamiento.

"¿Estás planeando lanzarle un hechizo de confusión a Malfoy o algo así, Harry?" bromeó Ron, pero su mirada sugería una curiosidad genuina.

Harry rió nerviosamente, intentando disimular su desconcierto. "No, para nada. Solo estoy un poco distraído hoy", respondió, consciente de lo débil que sonaba su excusa.

Hermione, siempre perceptiva, lo observó con una mirada penetrante. "¿Distraído? ¿Desde cuándo te distraes tanto por alguien, Harry?" preguntó, sus cejas levantadas en señal de sospecha.

Harry se sintió atrapado por un momento, sin saber cómo responder. "Es solo que... tengo muchas cosas en la cabeza últimamente", trató de explicar vagamente.

Afortunadamente, la conversación se desvió hacia otros temas antes de que Hermione pudiera seguir indagando. Sin embargo, Harry sabía que sus amigos empezaban a notar su extraño comportamiento, y eso solo aumentaba su confusión interna.

Esa tarde, durante una clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, Harry se encontró emparejado con Malfoy para practicar un hechizo de protección. A medida que trabajaban juntos, Harry notó lo concentrado y hábil que era Malfoy en la magia. Una parte de él quería ignorar esos pensamientos y centrarse en el ejercicio, pero otra parte se preguntaba por qué su corazón latía con tanta fuerza cada vez que Malfoy sonreía de manera arrogante después de lanzar un hechizo con éxito.

Al terminar la clase, Harry se alejó rápidamente, sintiéndose más confundido que nunca. ¿Por qué Malfoy ocupaba tanto espacio en su mente y en su corazón? ¿Era solo un efecto de la poción, una equivocación en la preparación de la Amortentia, o había algo más profundo y real entre ellos?

Mientras caminaba por los pasillos vacíos de Hogwarts, Harry se enfrentó a una verdad incómoda: tal vez, solo tal vez, sus sentimientos hacia Malfoy no eran solo el resultado de una poción, sino una revelación de algo que había estado oculto en su corazón durante mucho tiempo.

El Perfume de la Pocion Amortentia - DRARRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora