✦𝚂𝚎𝚛𝚎𝚗𝚍𝚒𝚙𝚒𝚝𝚢✦

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Advertencia: el siguiente capítulo tiene descripciones (posiblemente) gráficas y temas de muerte.

Si eres sensible a este tema, saltate este capítulo.

No es necesario leerlo ya que se hará referencia a ciertos acontecimientos que ocurrieron en este capítulo.

Todo el capítulo es la historia detrás del personaje Abigail Hamado.

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Como mercenaria, Abigail había herido personas que se interponían en su trabajo.

La sangre no era algo inusual en su línea de trabajo.

Pero antes de vivir con su abuelo en el dojo, vivía en casa.

Era un pequeño pueblo pesquero al pie de una montaña.

Nunca conoció a su padre, ya que este era un samurái ambulante. Básicamente hacia lo que se le pegaba en gana, volvía para ver a su esposa, le hacía otro hijo y se iba.

Abigail y Eteris solo conocían su cara por fotos.

Al crecer, Abigail se fue a entrenar al dojo de su abuelo paterno, el Dojo Hamado.

Del dinero que recibía de sus encargos, la mayor parte iba para su familia, de vuelta en el pueblo.

Todos estaban muy orgullosos de ella en su pueblo.

De vez en cuando volvía para visitar, y sorpresa tras sorpresa se llevaba cada vez, porque cada que se iba y volvía tenía un nuevo hermano.

Es decir- no se quejaba.

Como Toretto decía: "la familia es lo primero".

Y realmente amaba a su familia.

Eteris, el segundo mayor. Por el parecido y la poca diferencia de edad y estatura, muchos creían que eran mellizos, pero realmente no. Ella era la mayor por 1 año. Su personalidad bromista y juguetona no lo hace muy querido por la comunidad en el sentido de que siempre está jugando bromas, que llegan a veces a salirse de control.

Luna, su primera y única hermanita. El día que nació estaba tan emocionada que cuando le dieron la noticia de que ya había nacido, se había caído de un árbol en el que estaba montada. Su mejor amigo de la infancia, Aduan, se rió tanto de ella ese día. Y sus ataques de (medio) esquizofrenia cuando hablaba con sus amigos imaginarios no fallaban en asustar a más de uno. Y cuando ella estaba afuera, era realmente la más responsable de sus hermanos.

Luego seguía Leonardo. Oh, su querido Leo. Era realmente tierno con su cabello enrulado. No era tan sociable como el resto, pero definitivamente más de una niña en el pueblo se había flechado por él. Era tímido, y casi no hablaba. Abigail bromeaba con que se la pasaba haciendo mewing (más de uno se confundió, no era un término que usaran en el pueblo. Fue algo que escuchó de un chico en el dojo. Venía de la ciudad, así que su jerga era claramente diferente a la de Abigail). Leonardo era callado, conocen en dicho de "perro que ladra, no muerde"? Pues él era "perro que no ladra, definitivamente muerde".

Agnes probablemente era el más tranquilo de los 7 hermanos. Se ponía debajo de un árbol a escuchar musica mientras leía un buen libro, a veces se le pasa el tiempo y termina ahí días. Lo que hizo que varios de sus amigos bromearan con qué era un vagabundo, bueno, no es que a él le importara, solo quería terminar su libro para seguir con el siguiente.