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La canción esta por terminar, Gojo observa que un anillo de plata se envuelve en su anular y las luces de colores siguen brillando intensamente entre la oscuridad del local de baile.

"¡Ah! Incluso quiero robarte tu libertad.
No estar separados ni por un momento
¡Ah! ¡Quiero quemar mi vida en el amor!"

Miwa entreabre los labios, igual de sorprendida, avanza un par de pasos hacia el, se preocupa de esa energía maldita que percibe en su mano, antes de que avance mas, la maestra se interpone y la aparta de un empujón, esta furiosa.

- ¡Que hiciste, maldita basura!- Grita y la sacude fuertemente los hombros, su mano se eleva para encestarle un golpe, pero Satoru la detiene a tiempo.
- Oye, oye!- Musita con esa voz casual y despreocupada- ¿Quién eres y porque te comportas asi?

El hecho que no la recuerde, le enoja mas hasta el punto de deformar su expresión.

- Me olvidaste!- Rechina los dientes e intenta salir del agarre de Gojo, le es imposible.- Hace años me plantaste, te espere en este mismo local como quedamos y nunca apareciste!

Gojo levanta una ceja, si habla de tiempo atrás, entonces queda imaginarla con menos edad y sin canas.

- Ah, ya veo- La reconoce y la suelta de inmediato- De todas formas no te da derecho a querer embrujarme ni mucho a menos desquitarte con Miwa.

La mujer mayor se llena de ira y se lanza hacia el pecho de Gojo, repartiendo muchos golpes en su pecho el no se defiende, tampoco le afecta lo que hace, ella llora y dice que lo que mas siente es que su ultima esperanza se la arrebato esa tal Miwa, que de ahora en adelante están atados por un hechizo y que al menos no será feliz atado a alguien que no ama.

- ¿Y tu como sabes que sere infeliz a su lado?- El sonríe de medio lado, tentándola a que llore mas fuerte de rabia- No existe persona que me diga que hacer, mucho menos tu, extraña.

La frialdad de Gojo alerta a la menor, Kasumi reacciona y le pide que se retiren, que es en vano seguir llamando la atención de la gente, en realidad a Gojo no le importa, tiene el poder de acabar con un país con un simple chasqueo de sus dedos, esa mujer insignificante debería pagar para que no regrese nunca mas a su vida.

- Sensei, ya es muy tarde, tenemos que irnos o vendrán los de seguridad, ¡Por favor!-

El la ignora y vuelve la vista a la profesora, a través de su venda no deja esa dureza en sus iris, una simple humana tentando el corazón del hombre mas fuerte con artilugios, para el es imperdonable, su mano se levanta hacia ella, Miwa teme lo peor.

- He citado a muchas chicas antes, si no aparecía es porque había algo mas importante, asi que olvídate de mi- Se levanta la venda oscura de medio lado, sus ojos brillan como el neón de las luces que los cobijan, la maestra retrocede sintiendo el helado viento de la muerte susurrarle al cuello.

- Sensei, he dicho que nos vayamos!- Kasumi entona esa frase con fuerza y Gojo se paraliza, las palabras de ella lo detienen, en verdad esta atado a su voluntad y cuando intenta alejarse, frustrado porque no puede enloquecer de poder a su gusto... Su cuerpo se quema.

- Cada vez que intentes alejarte eso pasara, asi que no puedes apartarte de su lado ¿Me odias?- La maestra seguia hablando viendo a Gojo sanar sus heridas, Kasumi tenia las manos a la altura de la boca, muy angustiada por el, no puede creer lo que esta pasando.

Un alarma empieza a sonar, cantidad de agua cae al activarse la seguridad contra incendios, la gente corre envuelta en gritos y desesperación, el toma a Miwa de la cintura y sus pies abandonan el suelo de azulejos, flotando como un Dios desaparece de la vista de muchos, la profesora se queda para mientras el agua sigue cayendo a diestra y siniestra.

- Mujerzuela afortunada- Musita apretando sus palmas con voz iracunda, sus largas uñas provocan que sus manos sangren.

***

Poco después aparecen en la escuela de hechicería, su misión fue delegada a otro compañero de grado uno, ahora lo mas importante es descifrar la maldición de ese anillo y librarse del control que Miwa tiene en el.

El desciende en el ala de profesores, la chica se quedo callada durante el trayecto, en realidad Miwa no quiere darle mas problemas ni reclamarle por algo que claramente el no busco, aunque entiende la razón a la mujer que lo maldijo, sabe que no esta justificado tal acto de venganza.

- Pequeña, ¿Qué haremos ahora?- El odia el silencio a diferencia de ella, asi que entabla una conversación y la deja sobre el tejado, el se sienta y apoya su cabeza contra sus rodillas, es la primera vez que le nota pensativo.
- Yo, lo siento mucho- No tiene mas arma que disculparse, claro que no busco esto, pero asume que si no hubiera estado en ese lugar, si hubiera preferido quedarse en el hotel viendo la tele, Gojo estaria libre de ella- Es decir, me acerque a ati y active el hechizo, perdóname sensei.
- Te das cuenta que si no estabas ahi, seria esa loca o tal vez otra, al menos contigo es distinto-

La boca de Miwa se arqueo en una "o", sus ojos se movían parpadeantes como las estrellas del firmamento, Satoru la notaba y eso para ella es demasiado.

- Bien, ahora debemos ir con Shoko, este hechizo debe tener una manera de desactivarse-
- ¿Y si no lo tiene?- Ella no queria malograrle la esperanza, pero e s una chica muy realista- Disculpe, se que estar viéndome la cara a diario no es de su agrado, es que también tiene que considerar que esto puede tomar tiempo, además Shoko sensei estará durmiendo.
- Como se ve que no la conoces ¿Haz visto las ojeras que tiene?- El intenta sonar divertido y lo consigue, enseguida Miwa se reprende por burlarse de sus mayores, en unos segundos del tejado pasaron a estar afuera del cuarto de Shoko, su tele transportación es asombrosa- En ese caso, si tengo que pasarme la eternidad a tu lado, yo seria quien te deba cuestionarte ¿Te gustaría cocinar para mi el resto de tu vida?

Aquella frase es coqueteo puro, jugando a proponerle matrimonio con dichos antiguos, Miwa siente sus labios temblar, esto parece un sueño, uno muy cruel, porque en verdad atesora cada minuto a su lado, pero también cree que no es mas que una hormiga entre un gran bosque donde Satoru es el dios que gobierna la montaña y si algo no le agrada, el bosque entero puede quemarse.

- Se que no habla en serio- Sonríe melancólica y escucha como el toca la puerta, sin darle mas cuerda al asunto.
Un olor a tabaco se percibe cuando la puerta se abre.
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Llamas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora