Llamas del amor

C10

La ultima muestra de afecto, le dio la oportunidad a Gojo de regresar y caminar libremente por su mansión, habia pasado alrededor de una hora al teléfono, discutiendo ciertos asuntos que involucraban su reciente vida amorosa, por momentos quería desplomarse sobre el sofá que tenia al lado y romper en carcajadas de solo pensar en el mismo teniendo una relación con alguien.

Completamente absurdo, desde su punto de vista.

Anunciar a los altos mandos que estaría saliendo oficialmente con la alumna de Kioto, Miwa Kasumi, causaría una revolución en el mundo de la hechicería, según su propio análisis, de nada serviría ocultarlo, el siempre gozaba de los ojos del mundo sobre lo que hacia y a donde se dirigía, jamás estarían en paz y por ese motivo resultaba risible ocultarlo.

Por supuesto que tuvo en mente multitud de pretextos y justificaciones para estar cerca de ella, hasta que el no se enlazara en una cama con Kasumi, estaría hechizado y condenado a depender de su estabilidad. Ella tiene el control, sobre su palma baila el hombre mas fuerte y es Miwa quien marca el compas, cuando este segura de dar "el siguiente paso", esto se habrá resuelto.

Volverán a ser dos simples conocidos.

Decidido y preparado para cualquier represalia, hace una hora se encerró en el despacho de su padre, cuadros de los antiguos poseedores del infinito colgaban en las paredes, libros antiguos, espadas y pergaminos, en parte se encontraba tranquilo que el no estuviera en casa y que se dedique a vivir su vida extravagante en el extranjero.

- Aja, lo se Director Yaga- Resoplo cansado y luego se acomodo las gafas oscuras sobre el puente de su nariz- Mantenerlo en secreto seria una estupidez, estoy rodeado de hechiceros expertos en espionaje, ¿Olvidas las habilidades de Mei? y también de otros que me darán lata si retengo mucho tiempo a Kasumi a mi lado, se que a Utahime se le zafara un tornillo si se entera.

Del otro lado, Masamichi Yaga tenia la presión volando, el dolor de cabeza punzándole la sien, hasta los yugai que le acompañaban empezaron a apartarse de puntillas ante tanta tensión.

- Satoru por una parte los altos mandos estarán de acuerdo de que por fin te comportes como un líder y formalices con una hechicera, estrictamente no le enseñaste nada asi que no te reclamaran por ese lado, pero también piensa en que mostraran un lado hipócrita, quizá el cuello de Miwa tenga un precio después que la expongas, ¿Acaso estarás las 24h con ella?-

Ahora si se rindió a desplomarse sobre el sofá de tapiz ocre, dejo caer su cabeza hacia atrás y su diestra se encarga de sostener las redondas gafas para que no se zafaran, sonreía por la ironía de esa ultima frase, tal vez dentro de poco empiecen a tildarlo de intenso, porque precisamente no debía ni podía alejarse de Miwa, una relación que se juzgara sin remedio alguno ya lo veia venir.

- Digamos que estoy en esa fase donde si quiero estar con ella todo lo posible, ¿Me ayudaras, verdad?, con la reasignación de sus misiones, necesito que me acompañe adonde yo vaya, además, su potencial se ve desperdiciado con Utahime como su sensei, se que hasta tu mismo quieres reírte, ¡Vamos hazlo, no te contengas!-

Lo ultimo que pensaba el director era en celebrarle una de sus clásicas bromas pesadas y desubicadas, por el contrario busco un pastillero en el cajón de su escritorio y tomo algunas píldoras. Gojo siempre fue su problema, un hijo al que le resultaba complicado controlar.

- ¡Basta, Satoru!, veo que es en vano hacerte recapacitar del paso que piensas dar, esta en las reglas que una relación de ese calibre debe comunicarse a los superiores, en parte cumpliste tu parte, ahora yo debo hacer la mía, concertare una reunión con el Director de Kioto para la reubicación de Miwa, ahora escucha un ultimo consejo, aunque se que al final haces lo te complace, también comunícate con su familia, si planeas llevártela es justo que lo sepan, porque quiero creer que lo de ustedes no es un juego ¿Cierto?