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Tan tarde y al pie de su puerta se oían murmullos, Satoru no es bueno en modular su voz, su naturaleza excéntrica no le permite pasar desapercibido, cuando Shoko lo escucho hizo una mueca de disgusto, siguió escribiendo informes y tenia en mente que nueva aventura había traído su compañero con descaro a la escuela, lo ignoro y siguió en su tarea, no fue hasta que el golpeteo la saco de sus casillas y se irguió para abrir la puerta y mandarlo al diablo.

- No son horas, Gojo ¿Qué acaso no te alcanza para un hotel?- Soltó con voz cansada, luego una pausa al ver quienes se situaban frente a sus pardos ojos, reconoció al albino quien saludaba frescamente con la un ademan de mano y cuando su vista se volcó en la chica de cabello celeste, se horrorizo abriendo la boca y formando tres franjas oscuras en su cara pálida- Esa chica...Es una estudiante!

- Shhh, baja la voz- El ingreso a su cuarto mientras le daba suaves empujoncitos, Kasumi se quedo fuera, por el gran respeto que siente hacia el dormitorio de la mayor- Shoko tengo un problema.

La castaña abrió un poco los labios y levo las cejas, ¿Satoru le pedía ayuda? Entonces esto es serio, fue su primera impresión, lo segundo fue que es un descortés al no invitarla a entrar, antes de corregirlo el cuerpo de Gojo empezó a a afiebrarse.

- Oye, estas rojo como camarón- Señalo la doctora entre inexpresiva y serena.
- Miwa, ¿Por que no pasas antes de que tu bello profesor se incendie?

Con la autorización, la chica ingreso y milagrosamente el color de Gojo regreso a la normalidad, Shoko lo observo y busco entre los libros de su mesa, Miwa permanecía inmóvil y tímidamente saludaba con una venia respetuosa.

- Ah, Miwa de Kioto - Reconoció la mayor sin dejar de ojear el libro - Uy, veo que se metieron en problemas- Afirmo después, su índice iba en un vaivén sobre ellos.
- ¿A que te refieres?- Gojo se sentía irritado levemente al no comprender de que iba aquellas palabras- ¿Encontraste algo?

El que lo ve todo a través de esos ojos finos y brillantes como un lago cristalino, por primera vez en largo tiempo, perdía la concentración al no conocer el tamaño de la maldición y las consecuencias que tendría a partir de ese da sobre sus hombros.

Shoko no le dio respuesta alguna de inmediato, se acerco a la chica y atrapo la mano donde portaba el anillo, la energía oscura envolvía aquel objeto, estaba segura que Gojo lo notaba con claridad, el temor que ocultaba su venda es el no saber que pasara ahora con ellos, traspasar los limites permitidos entre en un maestro y su estudiante seria la primordial preocupación, en sus años como docente jamás le paso algo similar o de gran importancia, ya se imaginaba la voz del director Yaga enfurecido por confiarse nuevamente y traer ese problema a la escuela significaba que los demás también cargarían con la responsabilidad de resolverlo.
En segundo lugar se encontraba esa joven que apenas conocía y que ahora de alguna forma "mágica" lo tenia a su merced, ahora tenia una nueva interrogante ¿Se aprovecharía de ello?, a diferencia de los centenares de mujeres que lo acosaban a diario, Mia es tranquila y mantiene sus limites con el, ese detalle fue lo que le movió los pies para invitarla a bailar, pues el se acerca mas a quien quiere tenerlo lejos.

- Bien te lo dire, pero antes Miwa-san te aconsejo que tomes asiento- Aconsejo señalando alguna silla disponible del cuarto- Ok, ahi vamos...- suspiro y declaro- Están terriblemente jodidos.
- ¿Eh?- La joven levanto una ceja y formo una sonrisilla boba en sus labios, Gojo que permanecía apoyado n el marco de la puerta casi cae de medio lado al oir tremenda palabra.
- Modérate Shoko- Indico abanicando su diestra con un tono relajado.
- Es que no encuentro otra forma de explicarlo, además no eres quien para darme clases de ética-

Y para rematar encendió un cigarrillo, se dirigió hacia la ventana y abrió las cortinas para liberar algo de humo, se quedo viendo la luna grande y espesa en el cielo, no habia forma de que esta información sea exclusiva de Gojo, conociéndolo este solo empeoraría mas la situación de ambos, asi que decidió confiar en la responsabilidad de ella.

- Y entonces...- Gojo hacia ondas con sus manos intentando que arrojara lo que sabia al respecto de ese anillo.
- Eso te pasa por saltarte las clases de Magia roja- Shoko envolvió su dedo entre un mechón largo que amenazaba con flamear por el viento- Ese anillo fue creado para dominar al amor no correspondido, para que esa brujería funcione tiene que existir un lado A y B, me explico A es el idiota de Satoru, quien no considera a nadie como su igual y menos para tener una relación, el lado B es esta chica que profesa algún tipo de sentimiento por ti, con esos elementos activaron el anillo maldito, si B se aleja de A o viceversa, la brujería se activara perjudicando a A, si fuera otro humano común y corriente estaría muerto, es por la monstruosa fuerza de el que hay una excepción a este problema.

Aunque deseaba ser suave con los datos que debía compartir, este tema es serio y si Gojo no lograba dar el 100% en su trabajo de hechicero, el precio a pagar seria la vida de miles, Shoko los examino con la mirada, en especial a la chica de cabello celeste, se acerco a ella al punto que sus narices casi chocan.

- Miwa-san, ¿Te parece bien la idea de pasar el día entero con este?- Señalo a su compañero de antaño, con voz firme y frunciendo el ceño- Se que es un insufrible, egocéntrico, un humor estúpido que solo el entiende, pero...En el fondo muuyyy en el fondo es...¿confiable?- Enfatizo con duda la ultima palabra.
- Y-yo no comprendo porque me esta diciendo esto- Ella tenia razón la explicación incompleta la dejaba descolocada desde su posición de estudiante, decir que adoraba la idea es algo que solo su interior expresaba a voz callada.
- Espera Shoko, yo tengo que estar al lado de esa niña para mantener mi temperatura a 37°, si me alejo arderé como un activo monte Fuji, eso ya lo sabia genio- Expreso con burla y formo una mueca infantil- ¿Cuál es la solución?
- No te agradara. Miwa- Ella no le hizo caso y la observo de reojo- Tal vez a este descerebrado si.
- Dimelo, dimelo, dimelo- Satoru empezó a picarla con el índice y ella suspiraba acostumbrada a su lado de niño desubicado.
- Es...Tal vez no lo pueda soportar la señorita Miwa, de todas las chicas que pudieron rodearte ese dia ella fue la elegida, una estudiante de Utahime- Se llevo una mano a la cabeza como previniendo una jaqueca.
- Vamos, dilo, vamos Shoko, no voy a ser niñero y brujo a la vez-
- Satoru, ten respeto por esa chica, tu vida normal esta en sus manos si ella se niega a convivir contigo, tu vida sera complicada-
- Si por eso necesito saberlo ¿Qué es tan terrible?- Exigió cruzado de brazos y un mohín claro en su expresión

Kasumi sentía los hombros pesados, la culpa empezaba a formarse, al ser indirectamente la causante de que la vida del sensei cambiara radicalmente, el trabajo del mayor era apoyarla, pero sutilmente la tildo de estorbo, en realidad ella estaba convencida que es cierto pro escucharlo de los labios de Gojo, dolía, sin que se diera cuenta Shoko le había tapado los oídos, ante la insistencia de querer saber la solución, hablo.

- Si quieres romper ese hechizo de amor, tienes que acostarte con ella-

El rostro de Gojo entro en pánico, se puso azul, la respiración y el mundo entero se detuvo, Kasumi a su vez quito las manos de ella con amabilidad, estaba dispuesta a no ser un obstáculo en su vida.

- ¿Puede repetirlo?, por favor- Miwa realizo una venia, muy respetuosa a diferencia de Satoru- Sea lo que sea, lo hare, ayudare a Gojo-sensei a recobrar su vida normal ¡Lo prometo! Asi que dígame ¿Qué tengo que hacer?

Ambos adultos voltearon hacia ella, Shoko se fijo después en Satoru, por primera vez en sus largos años en conocerse vio un leve sonrojo en sus blancas mejillas, algo peculiar que logro asombrarla, al punto que el cigarro cayo de sus labios.

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Llamas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora