Capítulo 10: Nuevo arco

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Cuando Loey despertó después de esa primera noche de cumpleaños, no esperó una cama sola. No sabía qué significaba. En la comodidad de haber dormido entre tanto calor de sábanas compartidas, inesperadamente la ausencia de otra persona lo tomó sin cuidado.

Por un tiempo.

Loey sacó primero un brazo, y en su desnudez–tan poco usual–, el frío le pegó duro. Estaba caliente abajo, envuelto en la abrigadora cama.

«Huele raro», fue lo que pensó, y al inclinarse un poco hacia su hombro, lo supo. Ese olor de lo ocurrido tan solo horas atrás se le había impregnado. Estaba cargando con todo, y aunque su sudor fuera distinto e hiciese su piel pegajosa, era ignorado cuando había más fluidos que su piel absorbió. «Oh, así que este es el olor a sexo de un Luminian».

Era... un poco asqueroso. Si a Loey le preguntaban, olía como si hubiese comido algo grasoso con sus manos y no las lavó. El olor de carne cruda pasado un tiempo y suciedad bajo las uñas daba una combinación que quizá debía lavar si no quería atraer miradas de otros Luminians.

«Pero aquí no hay Luminians», algo dentro de él también pensó. Igual no aseguraba que ese olor fuera indistinto para otras personas.

Cuando volteó para apoyarse en su espalda, siseó bajito en otro dolor. Sus cejas se juntaron, y en la arruga, se cuestionó de qué le había servido la lubricación natural si aún le iba a doler de este modo. Eso no les decían en clases de Ciencias, Loey siempre fue engañado al suponer que iba a ser algo sencillo y placentero, jamás se imaginó que dolería de esta forma.

«Pero fue momentáneo», tuvo que recordar, porque en su mente explotaron cosas de la noche maravillosa. Tan solo en un cerrar de ojos vio: ese hermoso Hyun que se iba desvistiendo, y si hubo premura, gozó mirar las pocas flexiones de su cuerpo al irse acomodando. La sensación de una mano en las suyas encima de su cabeza, y el ardiente toque de esos delgados dedos en su cuerpo fabricado por su entrenamiento se repitió. La boca que lo saboreó, con el palpitante músculo y su fricción sobre su muslo, mientras la lengua hacía un camino desde su pecho hasta su ombligo.

Hubo frustración por no moverse mucho. Como Hyun lo había sostenido, vino su enojo al poco rato. Él también quería tocarlo, mas, Hyun fue muy severo.

"No. Te quiero de esta forma."

¿Quién era él para negarse a sus deseos? Sentir cada vibración de Hyun fue exquisito. No podía replicarlo al no tocar, pero eso no evitó que lo sintiera al percibir cada emoción desde su cuerpo. El deseo fue exorbitante, la sensación, deliciosa, y si acaso duró fue porque Hyun supo mantenerlo a raya.

O lo que pudo. El primer toque a su miembro le hizo venirse en un segundo. Hyun lo miró con tanto enojo en ese momento que hasta creyó haberse equivocado. Luego, le vino el castigo, fue volteado y con una mano Hyun le sacó gritos sobre el impacto de palma y piel oculta.

Loey se avergonzaba ahora de recordarse eso, porque solo pensar que haber sido nalgueado lo puso de una sonaba tan morboso.

Eso era lo que sentía, y por algo no fue tan duradero el dolor que después vino cuando comenzó a prepararlo. Para lo que venían. Ese acto se llevó la castidad de Loey, y su pudor se había ido de igual forma.

Ahora abría los ojos y aceptaba su dolor post-orgasmo con la pregunta sin decir de un inicio: «¿dónde está Hyun?».

No pudo discernirlo mucho, todo recuerdo volvía como un mantra, y en la suposición de que esto era un avance en su relación demencial, no estaba más que listo para ir a buscarlo (en donde estuviera) y hacer de ellos algo serio.

Drama made by the Universe [BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora