Capitulo 1

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 En las instalaciones de la UAC, Virginia.

Buenos días a todos, los necesito en la sala de operaciones— ¿Hay un nuevo caso? —Pregunto Spencer a Hocth

—No, es un anuncio sobre nuestros días libres —respondió el jefe de la unidad—.

—Uy, espero que no sean malas noticias —rezó Morgan—.

—No necesariamente es malo, por eso los necesito a todos en la sala —respondió Hotch.

—Me han informado que a partir de esta semana sus fines de semana estarán nuevamente libres, pero como ya sabrán, eviten salir del estado y mantengan sus teléfonos a mano, ya que esto puede cambiar nuevamente—al escuchar la noticia, todo el equipo estuvo muy emocionado. Hacía bastante tiempo que no tenían fines de semana libres para ellos mismos. Todos estaban ya planeando qué hacer este fin de semana.

Por otro lado, en el Instituto Jeffersonian de California, había un equipo organizando sus cosas para mudarse obligatoriamente (temporalmente) a Virginia.

—No me imaginé que el jefe se tomara tan en serio nuestro pedido —comentó Hodgins—.

—Bueno, ya que se lo pediste tú, "Jefe" —respondió Zack—.

—Oye, no me digas "Jefe" —intervino Hodgins—.

—Basta, los dos. Esta broma fue un total tiro por la culata —dijo Yetlanetzi—.

—¿Un tiro por la culata? ¿Qué es eso? —preguntó Hodgins—.

—Me refiero a que salieron las cosas mal. Lo mejor que podemos hacer en este momento es hacer lo pedido lo más rápido posible. Y si Booth y la Doctora Brennan vuelven pronto, nuestra visita será muchísimo más corta —explicó Yetlanetzi—.

—Bueno, no nos queda de otra. Lo que no me agrada es que posiblemente nos pidan ayuda los del FBI en Virginia y no nos darán el crédito correspondiente. Al menos Booth lo hace —confirmó Zack—.

—Los entiendo muchachos, pero no nos queda de otra. Aparte, no es como si no nos pagaran por ayudarlos. Recuerden que el dinero da felicidad, y si no la da es porque no tienes lo suficiente. Jejeje —Expreso Yetlanetzi—.

—A veces me pregunto cómo es que llegaste a ser una de las asistentes de la Doctora Brennan convirtiéndose ahora en una Doctora—dijo Hodgins con burla—.

—Qué malo eres, Hodgins —respondió Yetlanetzi—.

Después de algunas quejas más tarde, el equipo de Jeffersonian estaba partiendo hacia Virginia. Llegarían el viernes por la mañana a sus nuevas casas, que fueron proporcionadas por el Jeffersonian. Al llegar a Virginia y a sus nuevas casas, el equipo comenzó a acomodarse.

—Oye, Netzi, ¿cuándo llegarán nuestros niños? —preguntó Zack en un tono preocupante—.

—Espero que hoy por la tarde, y si no, mañana por la mañana. Ay, no podré dormir sin mis niños —expresó Yetlanetzi con tristeza. Extrañaba a sus perritos, a pesar de que no había pasado ni siquiera un día. No había podido traerlos consigo, ya que no esperaba cambiarse de hogar tan rápido—.

—Eso espero —dijo Zack—.

Esa misma tarde llegaron los perritos de Netzi y de Zack. Los dos estaban muy contentos de poder tener a sus "niños" con ellos en poco tiempo. Zack y Netzi pasaron toda la tarde y noche acomodándose en su hogar y poniéndose de acuerdo sobre sus tareas domésticas porque si, ellos vivían juntos no eran nada románticamente, pero eran mejores amigos.

—Zack, no tienes que traer a ninguna chica aquí para hacer el "culchiplancheo" si es que estoy aquí, pero si no estoy, bueno, se puede. Y esto también va para mí, ¿de acuerdo? —dijo Netzi—.

Antropología+FBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora