Capítulo 04

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ㅡ¿Doctor? ㅡPreguntó Freen después de un largo silencio, pero lo único que recibió fueron escandalosas risas por parte del beta.

ㅡ¿Es una broma, Freen? ㅡPreguntó Billy riendo un poco.

Freen frunció el ceño. ㅡNo es ninguna broma.

ㅡNo tiene sentido lo que me estás diciendo. ㅡHizo una pausa. ㅡOdias el olor a durazno, no es posible que no puedas olerlo.

ㅡ¡Pero en serio no puedo olerlo! ㅡ Reprochó al doctor que no le creía.

ㅡBueno, puedes pasar mañana en la tarde para una consulta, o si lo prefieres... ㅡBilly revisó su agenda para corroborar. ㅡEn veinte minutos estoy libre.

ㅡLo veo en veinte minutos, Billy.ㅡ Dijo Freen cortando la llamada.

ㅡ¿Qué te dijo? ㅡPreguntó Nam asomando su cabeza a través del marco de la puerta, viendo a Freen preparar una pequeña mochila con sus cosas para ir al doctor.

ㅡNos vemos en veinte minutos. ㅡDijo Freen suspirando. ㅡEspero que no sea algo malo.

Nam se acercó a la omega y la abrazó, acariciando su nuca y dejando suaves palmadas en su espalda.

ㅡ¿Quieres que te acompañe? ㅡPreguntó suavemente.

Freen se sorbió la nariz parpadeando para alejar las lágrimas de sus ojos. ㅡ¿Puedes hacerlo?

ㅡClaro que sí.

La omega rubia asintió, en verdad no le gustaba ir al hospital. ㅡGracias.

Deshicieron el abrazo, Nam le sonrió cálidamente a Freen y caminó hacia su habitación para ponerse algo más cómodo, esperando a que Freen le avisará que estaba lista para partir directo a la clínica.

Llegaron después de quince minutos andando, Freen sostenía el brazo de Nam mientras ligeros temblores invadían su delgado cuerpo. Inhaló profundamente sintiendo el olor a sustancias médicas inundar sus fosas nasales.

ㅡTranquila, Freen.ㅡDijo Nam mirándola con preocupación.

ㅡNo puedo estar tranquila, Phi.

ㅡLo sé, pero es necesario que te hagas la revisión. ㅡRecordó la omega castaña llevando a Freen hasta la recepción.

ㅡBuenas tardes. ㅡSaludó la beta detrás del mostrador. ㅡ¿Tienen cita?

ㅡS-sí. ㅡFreen aclaró su garganta. ㅡ Con el doctor Billy.

ㅡPermíteme unos segundos. ㅡLa mujer revisó en la agenda que tenía, buscando el horario que era. ㅡ¿Freen Sarocha?

La omega asintió.

ㅡSube al quinto piso, consultorio tres; allí estará el doctor esperándote.

ㅡMuchas gracias.

Ambas chicas agradecieron para después despedirse. Caminaron por el pasillo que conducía al ascensor y esperaron pacientemente hasta que las puertas se abrieron, dejando ver a una linda omega acompañada de una alfa.

El aroma a té verde golpeó a Nam dejándola aturdida cuando pasó a un lado de la alfa, sintiendo que el estado anímico de aquella loba no era el mejor y notó que aquella omega llevaba una mediana barriga mientras mantenía una sonrisa feliz.

ㅡLástima.ㅡSusurró desganada.

ㅡ¿Qué dijiste? ㅡPreguntó Freen presionando el botón que indicaba el piso número cinco.

ㅡNada.ㅡNam miró la espalda de aquella chica, quien parecía uno o dos años menor que ella hasta que las puertas se cerraron.

Menos de un minuto y las puertas se abrían de par en par, dejando ver a la gente sentada en frente de los consultorios, esperando por ser llamadas. Caminaron dispuestas a tomar asiento, pero la voz de una señorita llamando a Freen por su nombre, la hicieron descartar la idea y en su lugar caminó hasta donde las llamaron.

La omega rubia entregó su carnet para que escribieran la cita médica en sus registros y posteriormente les dieron paso al consultorio, donde Billy la esperaba.

ㅡHola, Freen. Tanto tiempo sin verte. ㅡSaludó poniéndose de pie con una sonrisa.

ㅡDoctor, nos vimos hace seis meses. ㅡFreen respondió con cordialidad el apretón de manos que extendía el beta.

ㅡHola, Nam.ㅡSaludó a la acompañante de Freen de la misma manera. ㅡ Tomen asiento.

Ambas omegas obedecieron manteniendo sus manos en su regazo, Nam ponía atención a lo que el doctor decía y le recordaba a Freen responder, pues la mirada de la omega quedaba perdida en el almacén con puertas de vidrio donde se veían crueles agujas de inyecciones.

ㅡPasa a la camilla, Freen.

La omega espabiló, dejando con Nam su mochila y caminando a la camilla que había en el consultorio del doctor. Se sentó en medio con los pies colgando esperando a que le indicaran que hacer.

ㅡ¿Cómo te has dado cuenta? ㅡPreguntó el doctor mientras preparaba el rinoscopio.

ㅡHace un par de horas se presentó el aroma y no lo percibí. ㅡDijo Freen tragando pesado al ver el instrumento.

ㅡ¿Unos duraznos?

ㅡUna alfa. ㅡFreen se sonrojó, ganándose una mirada curiosa del doctor.

ㅡ¿Te has topado con una alfa que huele a durazno y no has percibido su aroma? ㅡ Freen asintió. ㅡQue extraño, el olor se intensifica si alguien lo porta, aún más si es un alfa.

ㅡPor eso he venido, doctor.

Freen envió su torso para atrás inconscientemente al ver a Billy acercarse a ella.

ㅡTranquila, Freen

La omega levantó su cabeza con la mirada al techo blanco, sintiendo como el acero frío del rinoscopio invadía su fosa nasal derecha para que el doctor pudiera examinarla, esperando a que terminara el proceso que se repitió en su otra fosa nasal.

Billy retiró el aparato, metiéndolo en la bolsa superior de su bata blanca y acomodando sus guantes del mismo color.

ㅡVoy a presionar tu nariz, avísame si duele. ㅡDijo obteniendo un asentimiento por parte de la omega.

Billy apretó la punta de su nariz, subiendo lentamente mientras apretaba con algo de fuerza cada parte.

ㅡ¿Duele? ㅡPreguntó subiendo por el puente, Freen negó y entonces apretó un poco más fuerte. ㅡ¿Ahora?

ㅡDuele un poco. ㅡFreen se quejó.

El doctor presionó en el tabique de su nariz con más fuerza, obteniendo un pequeño grito de dolor por parte de Freen.

ㅡMe lo imaginaba, Freen.ㅡDijo Billy dirigiéndose a su escritorio.

ㅡ¿Es grave? ㅡPreguntó la omega bajándose de la camilla para dirigirse a su asiento a un lado de Nam.

ㅡNecesitamos hacerte rayos x, parece que tienes una contusión en los receptores olfativos de la parte superior de la nariz, por eso no puedes percibir ciertos aromas aunque por ahora solo te hayas dado cuenta con el de los duraznos.

Freen asentía ante todas las palabras del doctor, tomando con algo de fuerza el brazo de Nam por los nervios que le producía.

Mientras que las omegas y el doctor se dirigían a la sala de rayos x, Becky en medio de su cama intentaba calmar su agitada respiración, escuchando como la puerta de la casa se abría.

Se levantó de un salto para limpiar tan rápido como pudo el desastre que había provocado, esperando que su mamá tuviera algún repuesto de sus supresores para el celo.

Diez minutos después, escucho tres ligeros golpes en su puerta. Fue hasta ella y la abrió solo un poco, dejando ver a su madre preocupada.

ㅡ¿Estás bien, cariño? ㅡPreguntó extendiendo una caja de pastillas.

ㅡSi, mamá y gracias. ㅡBecky le sonrió.

ㅡTe subiré algo de comer y también un jugo. ㅡDijo su madre caminando hacia la cocina.

Becky suspiró y cerró la puerta, dirigiéndose a la mesita de noche donde tenía una botella con un poco de agua y se tomó una pastilla, recostándose después para esperar a que hicieran efecto en ella.

Peachy Smell「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora