12 de agosto
Ya era mitad de verano.
Pero también el inicio de clases.
Cristina y su familia acaban de llegar Woodswood el fin de semana, al escuchar que se mudarían allí le pareció extraño el nombre al inicio, pero conforme pasó el tiempo se fue acostumbrando y durante el viaje, pudo notar por qué se llamaba así, por la ventana de su coche observó que los rodeaba puro bosque, miles y miles de pinos enormes, parecía no tener fin hasta que lograron divisar el letrero de "Bienvenidos a Woodswood", el pueblo parecía que se encontraba en la mitad de la nada, estaba dentro del corazón del bosque, siempre rodeados de lo desconocido, de la oscuridad.
Hoy se sentía nerviosa, era la primera vez que se cambiaba de escuela, mientras su madre conducía hacia la nueva casa de estudios de ella y de su hermana, se puso a jugar con sus dedos de manera ansiosa mientras miraba por la ventana, el pueblo le parecía lindo, muy cómodo, muy hogareño, muy familiar, ya deseaba poder recorrer sus calles.
Al llegar al Instituto vió lo grande que era, todavía le impresionaba, con razón estaba dividido ahí mismo la secundaria y la preparatoria, todo en el mismo lugar, pero en diferentes zonas. Al bajarse del auto, se despidieron de su madre y se dirigieron a la sección que les tocaba a cada una, aquí sus caminos se separaban.
La mayor de las hermanas Salomé inhalaba y exhalaba para calmar sus nervios mientras caminaba hacia la entrada. Una vez adentro se dió cuenta de que los pasillos parecían un laberinto, se asomaba a uno y ya salían dos pasillos más y así continuamente, no quería perderse, lo bueno que había letreros en las puertas, ya había dado demasiadas vueltas dentro del Instituto, se estaba comenzando a desesperar, cada vez había menos alumnos, vió la hora en su celular y se dió cuenta que las clases ya iban a comenzar y ella no sabía ni siquiera cuál era su primera hora.
Se quedó parada frente al Aula 19, miró a ambos lados nerviosa y entró a la página oficial de la escuela para ver si tenía algún tipo de croquis o al menos guiarse por medio de las fotos que mostraban en el sitio, los dedos de sus manos actuaron con rapidez por lo ansiosa que se sentía, cuando alguien a su lado le habló y volteó para ver quién le había dirigido la palabra.
-Eh, disculpa...¿eres nueva verdad? Pude notar lo pérdida que estabas hace unos minutos cuando pasaste por un pasillo dos veces.
Era un chico lindo, cabello castaño, ojos café claro, sonrisa amable, incluso hasta su voz era dulce.
Cristina se relamió los labios antes de hablar.
-Eh sí, tengo que ir a la dirección para saber mis horarios y demás cosas, ya sabes, solo que no sé en dónde queda y... pensé que a lo mejor las fotos que están en la página del Instituto podrían ayudarme -dijo soltando una risa nerviosa y señalando su celular.
Él también se rió. Su risa también era linda.
-Vamos, te llevo.
-¿De verdad? ¿No te preocupa llegar tarde?
-No, no te preocupes, no pasa nada. Además, puedo usar la excusa de haber ayudado a una alumna nueva, que en sí, no es mentira, es verdad.
-Gracias -dijo algo tímida y aliviada a la vez. "¿Acaso este chico es un ángel? Es tan bello en todos los aspectos" pensó mientras caminaba a un costado de él.
-¿Cómo te llamas? -le preguntó.
-Cristina.
-Bueno Cristina -habían llegado a las puertas de la dirección "¿tan grande es? Las puertas son gigantes" pensó en cuánto las miró-. Bienvenida a Woodswood y al Instituto Чистая кровь.
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You Never Can Tell
Misteri / ThrillerEl Instituto Чистая кровь (Pura Sangre) parece tener unos estudiantes demasiado... interesantes. A nadie le gustaría que tus más oscuros y retorcidos secretos salgan a la luz, en especial de quién podría haberse convertido en tu juguete favorito. Cu...