Número Desconocido || Adaptación Katie McGrath y tú

Capítulo 2

Netflix, será —anunció Katie en su apartamento vacío. Mientras buscaba el control remoto entre los cojines del sofá, su teléfono sonó. Número desconocido, otra vez.

—¿Hola?

—Entonces, ¿cómo estuvo tu cita?

La voz cálida, tranquila y segura sugirió que la señorita desconocida ya sabía la respuesta.

—Estuvo... bien —dijo Katie con cautela.

—Así de bueno, ¿eh?

—Sí. Oye ¿intentaste llamar antes?

—Sí. Tu buzón aún no está configurado. De lo contrario, te habría dejado un mensaje.

Un ligero indicio de sugerencia en la última palabra. Katie se preguntó cuál podría haber sido el mensaje.

—Bueno, como dije, acabo de recibir este teléfono. No sé con quién intentas comunicarte, pero este número...

La voz era suave, muy hipnotizante.

—Estoy tratando de comunicarte contigo.

—Ah, ¿sí? Katie le siguió la corriente —Y por qué, exactamente.

—Simplemente porque estoy aburrida un viernes por la noche, como tú.

—¿Y qué te hace pensar que estoy aburrida?

—Porque estás hablando por teléfono con un extraño —ronroneó la persona con voz llena de insinuación, como si esta conversación fuera de lo más prohibido de imaginarse. —Y porque no tienes nada que hacer, sólo estás de regreso de una mala cita a ciegas...

—Quién dijo que era mala?

—Veamos. Hablé contigo hace dos horas, y ya terminaste. Sólo fue suficiente tiempo para la cena, probablemente ni siquiera el postre...

—Está bien —reconoció Katie a regañadientes. La Señorita desconocida prosiguió, todavía con esa voz baja y segura de sí misma:

—Apuesto a que incluso usaste mi llamada como excusa para terminar tu cita —silencio. —Probablemente dijiste que era tu hermana.

Katie se alegró de que su misterioso interlocutor no pudiera ver su sonrisa tonta y culpable.

—Y que había algún tipo de emergencia familiar.

—No, no lo hice, muchas gracias —dijo Katie triunfalmente. —Dije que eras mi hermano y te llamaron, así que necesitabas que yo cuidara a los niños —añadió con una sonrisa.

—Ah. Así que ahora me has atrapado en tu red de engaños y mentiras. Me siento muy usada.

—Oye, me llamaste —la chica desconocida se rió.

—Me alegro de poder servirte. En cualquier momento.

—Está bien. Bueno, si estás libre mañana por la noche, tengo otra cita. Si las cosas siguen como están...

—¿Quizás necesites que te rescaten?"

—Algo así.

—¿A qué hora?

—Siete.

—Te llamaré a las 7:45 ¿te parece bien que diga que es una emergencia que requiere de tus servicios como niñera? —Katie asintió.

—Seguro ¿Por qué no?

—¿Eso significa que después podré llevar a la niñera a casa?

—¡No! —Katie se rió mientras terminaba la llamada.