Apocalypse [Trans! Aquino]

A

Aclaraciones:

-Trans! Aquino Boypussy!, escenas +18 incluidas. Algún que otro tipo de fetiche. Sobre estimulación. Mala escritura de ese tipo de acciones, así que una disculpa.

-Las mujeres omegas, betas o Alfas, al menos aquí serán las únicas que podrán quedar en cinta.

-Algo que leí es del 'ordeño' en el celo de un Omega. No precisamente debe estar preñado.

Aquino creció como un Omega fuera de lo común, detestaba ser tratado como algo que cuidar, algo frágil y delicado cuando la mayor parte de su vida se dedico a defenderse de cualquier idiota Alfa que se le acercaba solo para aparearse, eso desde los dieciocho. Conforme paso el tiempo, nadie quiso acercarse a Aquino, el simple hecho de un Omega revelándose a la primera jerarquía que era un Alfa dejaba en ridículo a todo los Alfas que terminaban derrotados por él. Después el apocalipsis y todo se fue a la reverenda mierda.

Durante sus celos era prácticamente encerrarse para poder estar tranquilo en su espacio seguro, sabrán ustedes que en el momento que el apocalipsis empezó Aquino estaba en su celo. Así que, a duras penas salió, cogió con un beta y después se fue.

-¡Pero debe quedar limpio! -Grita Natalan al borde la histeria y lo sabía por el olor intensificado de fuego y mármol, eso pico su nariz.

-¡Ya no importa Nat! En cualquier momento un maldito ladrón va a ingresar y saquear todo lo que traemos. -Contesta Soarinng, otro alfa que también había intensificado su aroma de pino y frambuesas para contraatacar al Alfa en frente suyo, ambos gruñían.

-Esto se pondrá divertido. -Susurro Estailus, el último Alfa que no liberaba su aroma como dos de sus compañeros, simplemente se encogió de hombros y bebía lo último del tequila que habían robado de una tienda. Su aroma variaba bastante, pero el que más se mantenía era el olor a trago, algo que le gustaba a Aquino y le mantenía tranquilo, extrañamente.

¿Cómo conoció a esos tres Alfas? En un saqueo de una tienda. Natalan iba a robar al Omega y él le había respondido dando un golpe. Soarinng había quedado fascinado con su defensa y Estailus solo se mantuvo inmóvil, analizando de arriba hacia abajo al Omega, como si fuera un enemigo. Poco después le había restado importancia.

Finalmente, Natalan había interrogado al Omega quien le respondía gruñendo o solo respondiendo a secas. Y así se había unido al equipo, porque le había caído bien a Soarinng.

-¡Coño contigo Soarinng! -Grito el guatemalteco mientras el mexicano respondía gruñendo nuevamente para tomar asiento en el puesto de copiloto. Natalan suspira y mira hacia el Alfa y el Omega que permanecían distantes a la pelea. -Ya ingresen.

Natalan tomó asiento en el puesto de conductor mientras Estailus y él tomaba su lugar en los puestos traseros. Habían encontrado un auto en esta mística casa abandonada, que era un maldito milagro si se le podía decir. Pronto Natalan arrancó para poder dirigirse hacia las fronteras de California, donde guardias les estarían esperando para poder recibir a más sobrevivientes de un apocalipsis zombie. Que cliché.

Aquino miraba por la ventana hacia afuera escuchando ya distante como la voz de Natalan y Soarinng aún peleaba mientras Estailus solo aportaba con más leña al fuego. Algo que aclarar es que Natalan era un cerrado de mierda, es decir, que Aquino no hablaba hasta que Natalan acabará, aún recordando viejas tradiciones.

-¡Tenemos a un omega aquí, Natalan. No podemos simplemente ir por ahí como si nada sabiendo que su celo es muy frágil! -Responde Soarinng mientras mostraba sus dientes, cuidando a su manada.

-Esta vez estoy de acuerdo con Soarinng, Aquino es muy sensible a los olores ¿No recuerdas cuando vio ese cadáver putrefacto? Casi se le sale el hígado. O también ese Alfa, que asco mi especie. -Murmuro Estailus mientras se cruzaba de brazos, mirando a la nada por las ventana.

-Es solo que, no podemos detenernos ¿Bien? Al menos que sea para gasolina o suministros. -El tuerto golpeó levemente el volante del carro, Aquino solo cerró sus ojos e intento soñar tranquilo, ausente de lo que pasara.

-Mierda... -Aquino se aferraba a las paredes, su celo había llegado en el peor momento. Se apegó a la pared mientras suspiraba pesado.

Habia tanta gente huyendo de un lado a otro, restando importancia al Omega que se derrumbaba en medio del pasillo. Que indecoroso se veía, pero necesitaba follar. Entonces un beta paso, de ojos verdosos y cabello blanquitos como la nieve, ojalá le hubiera prestado más atención a lo guapo que era. Pero era un animal cuando estaba así. Se puso en pie y sin preguntarle lo tomó de la muñeca y lo arrastró hacia una de las habitaciones donde lo beso apresurado, el beta correspondía torpemente al beso siendo un total virgen.

Aquino se retiraba prenda por prenda y el beta hacia lo mismo hasta quedar desnudos, finalmente el Beta lo había empotrado contra la pared y metido la verga en su mojada entrada. Aquino buscaba aferrarse de la pared mientras las brutales embestidas eran certeras en su útero. Poco después obtuvo un orgasmo y un squirt.

Y siguió siendo follado ahora motando al Beta quien lo guiaba posando sus manos en su cadera ayudando en los pequeños saltos que hacía. Además del olor asqueroso de la habitación porque hace dos minutos habían matando a un maldito infectado, eso había aumentado su adrenalina de ser descubiertos. Era una buena cogida, y más cuando el beta ni se inmutaba cuando Aquino decía otro nombre.

-¡Aquino! -El Omega se despertó abruptamente mientras su cabeza mareo por la rapidez de su movimiento. Era Estailus. -Carajo, no tengas sueños húmedos ahora que estamos en este carro de tipo claustrofobia, envenenas con tu olor.

Aquino finalmente se despertó viendo a Estailus que tapaba su nariz y a Natalan abriendo la ventana de su parte y de Soarinng quien no se inmutó por el aroma de naranjas. El Omega solo murmuró un pequeño 'Lo siento' y se acomodó en su asiento, sintiendo sus prendas un tanto mojadas por un orgasmo seco.

Que incómodo iba a ser el viaje.