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submissive Soarinng!


Aquino jadeaba mientras sentía sus piernas temblar mientras era profanado por Soarinng una y otra vez, sintiendo cada vez más flojo ante las embestidas.

Soarinng ese día había dicho para poder cuidar a Aquino, Natalan había accedido tontamente sabiendo ciegamente que la marca ayudaría a alejar a otros Alfas de su omega. Quizás.

–¡Soarinng espera! –Jadeo Aquino mientras un dedo del Alfa paseaba por el clítoris del Omega mientras era penetrado rudamente por el Alfa. Una nueva marca reposaba en su nuca, clavada por el nuevo Alfa que lo follaba tan bien contra la pared.

Aquino buscaba en donde aferrarse mientras sus manos torpemente se aferraban a la pared lisa de la habitación, era una y otra vez penetrado y el simple hecho de que jugarán con el pequeño nervio de su vagina le ponía a punta de correrse por cuarta vez consecutiva. Y así lo hizo, cuando el Alfa clavo rudamente su pene contra el cuello uterino del Omega para sellar el nudo de Alfa que se formaba.

Cuando Soarinng volvió a empujar, Aquino se levantó con él y, lentamente, formaron un patrón; el de ojos miel se movía, persiguiendo su propio placer, mientras Soarinng periódicamente empujaba y guiaba a Aquino por la cadera

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Cuando Soarinng volvió a empujar, Aquino se levantó con él y, lentamente, formaron un patrón; el de ojos miel se movía, persiguiendo su propio placer, mientras Soarinng periódicamente empujaba y guiaba a Aquino por la cadera.

Aquino deja escapar un gemido. -Más fuerte.

Soarinng obedeció. Las yemas de sus dedos se clavaron más profundamente en su piel. Aquino siseó cuando algunas de sus uñas se clavaron.

-Estoy cerca. -Murmuró Aquino. Su cuerpo se estremeció.  Con un gemido, cayó y un chorro de calidez brotó de él.

Soarinng guía una mano por el costado de Aquino. -Me tomas muy bien.

Se estremeció como lo hizo Aquino; él mismo no estaba lejos de un orgasmo. Tragó, tratando de no gemir mientras intentaba que Aquino se moviera nuevamente.

El omega se inclina cerca de Soarinng y lame el labio inferior, Aquino deja que sus manos vaguen por el pecho de Soarinng. Las manos de Aquino parecieron encontrar su hogar sobre el pecho de Soarinng, y una se dirigió hacia su pezón. El Alfa gimió cuando Aquino comenzó a jugar con él sin hacer nada.

-Eres un buen chico, llenándome tan bien. -Aquino elogió. -Pero creo que puedes hacerlo un poco mejor que eso.

Soarinng gruñe un tanto avergonzado.

Aquino casi estaba recostado sobre su cuerpo para susurrarle al oído. -Vamos. Te estoy pidiendo. ¿Por favor?

-Por favor... estoy muy cerca. Por favor, solo —Soarinng no pudo continuar, en lugar de eso simplemente comenzó a mover las caderas de Aquino con sus manos. Aquino captó la indirecta y comenzó a moverse de nuevo.

Soarinng arremetió contra él, una, dos veces y.... Su estómago dio un vuelco y se corrió. Aquino gimió y lo guiaba a través del orgasmo.

-Qué buen chico... -Aquino comentó.

-Aquino... -Logró decir Soarinng, ya que realmente era el único ruido que podía hacer.

-Tan bueno para mí -Susurró Aquino, presionó un beso en la suave mandíbula de Soarinng. -Lo hiciste tan bien.

Soarinng se derritió bajo Aquino. De alguna manera, sus manos permanecieron plantadas en las caderas de Aquino, pero el resto de su cuerpo quedó muerto entre las ásperas sábanas. Aquino le dio otro beso en el cuello a Soarinng.

Aquino se permitió acurrucarse entre los brazos del Alfa, quien avergonzado simplemente obedeció al omega mientras paseaba su mano derecha por la espalda suave y cómoda de Aquino. Inconscientemente, Soarinng pasó su mano por la mordida que había ocasionado en su nuca. Ante la presión, el Omega jadeo gustoso ante la comprensión del Alfa debajo suyo. Sin embargo, aún extrañaba a Natalan, a pesar de que el olor picoso, característico de Natalan, comenzara a desaparecer por los olores de Soarinng,  sabía que no debía temer, después de todos sus Alfas serían capaz de todo por él.

-Sigues así y oiré tus pensamientos. -Dice Soarinng mientras posa nuevamente sus manos en las caderas de Aquino. Aquino tararea.

-Solo me preocupa Naralan. -Contesta finalmente ,dejando ver sus dudas al descubierto, el celo lo ponía más sensible de los usual.

Soarinng asiente, a pesar de que el omega se ocultaba en la curvatura de su cuello buscando guardar el olor de Soarinng para no sentirse solo cuando saliera. -Estará bien, está con Estailus y es el más fuerte de entre los tres y lo sabes.

Obviamente Aquino sabía eso, después de todo, el Alfa le había llamado la atención cuando hubo llegado al grupo. Simplemente se imaginaba compartir su vida con ese chico: una familia, un hogar, amor. Pero los deseos pecaminosos eran más. Imaginaba a Estailus arremetiendo contra él mientras repetiría lo zorra que se vería así, las grandes manos deteniendo sus finas muñecas contra la cama para evitar tocarlo mientras jadeaba como una maldita perra en celo.

Oh, no lucía para nada necesitado.

No se dio cuenta que sus feromonas habían cambiado a una más dulce por su celo, incitando al Alfa a follarlo hasta que su coño expulse el semen, y lo sabía por como Soarinng con una fuerza descomunal lo había levantado como si nada y lo había colocado contra la cama mientras con sus manos empujaba las piernas de Aquino dejando más expuesto su vagina que lubricaba por el camino rudo que iba a tomar esto.

Aquino ríe casi al borde de la coquetería. -Sabes, sé un buen chico y ayuda a aliviar este celo. ¿Lo harías por mí, bebé?

Soarinng, que más parecía un instinto Alfa, pase su nariz por el punto de feromonas de Aquino. Un chillido lastimero salió de sus labios. -Sí, señor.


Apocalypse [Trans! Aquino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora