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Cuarteto. Humillación. Palabras vulgares. Torcedura de ordeño.

La leche goteaba por su piel; sus ojos se llenaron de lágrimas por la intensidad de su toque

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La leche goteaba por su piel; sus ojos se llenaron de lágrimas por la intensidad de su toque. Mientras la tensión se drenaba constantemente de su pecho. Los dedos de Estailus se detuvieron, sosteniendo sus pezones con fuerza. Sus ojos quedaron en blanco sea por el dolor y el placer. La fuerza de su agarre hizo que su leche fluyera violentamente por su abdomen.

Estailus se inclinó y lamió la línea blanca que se había filtrado sobre su piel. Su lengua recorrió su abdomen y pecho y volvió a bajar, trazando un circuito repetitivo sobre su cuerpo. Aquino se estremeció; no podía dejar de temblar. El deslizamiento de la lengua de su compañero dejó su piel hormigueando, haciéndolo moverse en su lugar. Labios sellados alrededor del pezón del ojimiel, dientes apretando el borde de su pezón.

Aquino jadeó, el alfa no se alejó a pesar de su reacción. Con la mano libre continuó escurriendo el dulce líquido de sus pechos. Estailus continuo chupando el otro pezón. Con un fuerte pop obsceno se alejó e inspeccionó su pecho, apretando experimentalmente para ver si los había drenado por completo. Estailus pasó ambos pulgares por las protuberancias enrojecidas sacando uno que otro gemido al omega.

-Que interesante utilidad te daré Aquinin -Canturreo Estailus bajando la única prenda inferior que le había cubierto por un tiempo. Estaba mojado. -Te haré rogar por ello.

Estailus respira, mordisqueando el lóbulo de la oreja izquierda de Aquino

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Estailus respira, mordisqueando el lóbulo de la oreja izquierda de Aquino.

-Vas a hacer... que me corra otra vez -Aquino gime, clavando sus cortas uñas en los hombros de Estailus y levantando sus caderas para encontrarse con los fuertes empujes del Alfa. La sensación de Estailus pulsando profundamente dentro de él mientras pinta sus entrañas casi lleva a Aquino al orgasmo, y gime con impaciencia cuando Estailus deja de moverse y se aleja de él, respirando con dificultad mientras intenta recuperarse. Estailus deslizó una mano hacia su coño ahora empapado, recogiendo el semen que comenzó a filtrarse de su agujero hacia sus dedos y frotando su clítoris.

Estailus, aún respirando pesadamente, se desliza por la cama. -Déjame cuidar de ti.

Aquino se mantiene sobre sus codos, queriendo saber qué va a hacer Estailus, una emoción lo recorre cuando el Alfa se arrastra entre sus piernas y las abre, con la cabeza inclinada hacia abajo para lamer la mezcla de semen que aún gotea de su agujero -¡Mierda! -Aquino grita, tanto de shock como de placer.

Apocalypse [Trans! Aquino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora