El infierno son los otros

347 28 10
                                    

(Créditos a Ringeko. Esto se espera que sea un one-shot. Ósea un capítulo, pero si tiene acogida lo actualizare. Nota, Nahida será la primera arconte, al igual que Furina, y... la primera, al ser afectada por el conocimiento prohibido, perdió la fe en la vida, y humanidad)

Los dioses habrían descendido del cielo, con el propósito de acabar con las bestias, que surgieron de la oscuridad.

La pelea era difícil, los monstruos no cedían, y las vidas humanas se veían perdidas. Debido al ser estos convertidos en criaturas, o a las condiciones duras del lugar.

Una chica, de cabellos blancos, y verdosos. Miraba con frialdad, como sucedía todo. No parecía importarle demasiado. Solo era una espectadora. 

—Khaenri'ah esta por caer. Los únicos arcontes que llegaron, intentan con todos los medios, el ganar esta batalla. Para mi solo es una perdida de tiempo, pero que se puede esperar de aquellos que todavía creen en la humanidad —La albina, solo permanece impasible, ante el fuego que abraza aquel lugar.

(Créditos a Nezu)

Una flecha fue disparada hacia ella, quien agarra la flecha con su mano derecha

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una flecha fue disparada hacia ella, quien agarra la flecha con su mano derecha. No parece asustada, solo fijaría su mirada en el culpable.

Fue un chico peli negro, quien sostenía un arco en sus manos. Este último sonríe, a pesar de que podría haberla matado o herido.

— Es difícil usar el arco. no uso todo mi poder, para no lastimar a los civiles que quedan, tu eres... Nahida, ¿verdad? —Aquel chico con prendas blancas y verdes, usaría su arco para acribillar con flechas, a los monstruos, mientras le miraba a la joven.

—... Si, soy Nahida. En fin, no te vas a disculpar. Casi me matas. No sientes culpa o que —Nahida, frunce el ceño, al joven.

—Deja de joder. Tus palabras solo me desconcentran —Termina con la oleada de monstruos, al realizar un pequeño remolino, el cual los absorbe y mata —Mi nombre es Venti, y si deseas una disculpa, ven aquí y dame un beso.

Al escuchar esto. Nahida alza un poco su mano izquierda, y del suelo emergen unas enredaderas. Las cuales atrapan a Venti.

Ella de un salto, cae al suelo, y se acerca a el. Le toma del mentón, y le fuerza a mirarla.

—No me importa si somos compañeros, te matare si intentas pasarte de listo. ¿Puedes entender eso? Alcohólico —Nahida, estrecha los ojos, y mantiene un agarre fuerte.

—Es difícil saber, si me consideras listo o tonto. El caso es, que me vale verga, tus amenazas vacías. No podrías matar ni una mosca. Mocosa —Venti, solo sonríe con burla, y sin pizca de miedo.

Nahida se enoja, y luego realiza un golpe, hacia la mejilla izquierda del arconte. El cual no mostraba signos de preocupación. Solo esperaba.

Más el golpe no llegaría, ya que alguien agarro el puño de la arconte dendro. Al ser consciente de quien detuvo aquel golpe, ambos palidecen.

La convivencia de las divinidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora