El traidor a su raza

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(Créditos a quien correspondan. Lo siento por no actualizar la historia, pensé que no la iban a tomar enserio. Haha)

Los arcontes, fijarían su vista en aquella bestia. Antes de que si quiera alguien realice un movimiento, una chica peli rosa hizo presencia, la cual posee orejas de zorro bajo su cabello. Un yukata era la prenda que vestía.

(Créditos a ryrmcher)

—Si que son ruidosos, intentaba dormir

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—Si que son ruidosos, intentaba dormir. Wow, ese dragón es terrorífico. Como sea, estoy enfadada, les ayudare —La peli rosa, se acercaba a pasos rápidos, y entro al campo de batalla.

—Morax, antes de que nos saquemos la puta aquí, puedes hablar con el o ella. Digo, tu eres un dragón —El bardo, tenía cierto miedo, no obstante, trataba de ocultarlo con una sonrisa.

El dios de los contratos, camina hacia el poderoso dragón, quien por ahora no parecía querer atacar. De la boca del dios unas palabras, en un idioma antiguo fueron dichas. Más el dragón respondería con otro rugido con el cual, Morax acabaría cubierto de babas.

Venti se reía sin parar, al igual que Furina, y la kitsune. La única que permanecía impasible era Nahida, quien tenía toda su atención, en la figura del arconte geo. 

—Váyanse, yo me encargo de este —El peli castaño, no voltearía a verles, pero se podía decir por sus cortas palabras, que no le gusto lo que escucho.

—Enserio, ¿a dónde? Yo no me voy a despegar de las puertas, sabes Morax —El dios de la libertad replica, cruzado de brazos.

—¡Váyanse! —De la figura de Morax, un aura dorado le rodeaba, su forma de expresar su molestia por repetir aquella orden.

Los demás le dejarían solo, y irían más cerca de las puertas. Ahora este daría un paso más hacia el dragón. Sus ojos dorados se enfocan en los de la poderosa criatura. Ninguno mostraba signos de miedo hacia el otro.

—Normalmente tiendo a ser benevolente. Incluso si soy insultado, o recibo una burla ya sea a mi persona o por quien realmente soy, no obstante, tu cruzaste la línea. Date por muerto —El dios, frunce el ceño, y alzaría su brazo derecho, y su mano apuntaba al cielo. Unas lanzas doradas, atravesarían las nubes, su objetivo empalar al monstruo —"Que las lanzas doradas, sean tu per..." —No finalizaría sus palabras, debido a que el dragón, realizaría un coletazo en dirección a Morax. La fuerza de aquel golpe, fue suficiente para enviarlo a chocar, contra una columna.

Un montón de rocas cubrirían el lugar, donde este chocaría. La imponente criatura, lanzaría un último rugido, y alzaría vuelo con el objetivo de marcharse.

—¡¡¡¡Crees que un golpe sería suficiente!!!! —La divinidad, solo con sus manos desnudas, sería capaz de destruir las rocas que le impedían salir —¡¡¡¡Ven y enfréntame, Dragón!!!! 

(Créditos a Ares_9979)

(Créditos a Ares_9979)

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La convivencia de las divinidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora