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No recordaba que la casa de sus abuelos fuera tan pequeña, cuando era niño, parecía un castillo medieval, con lugares inéditos para ocultarse de los monstruos del bosque, pero ahora, se veía como una casa común, con figuras de madera muy curiosas.

- Tae cariño, sube las maletas y baja a comer, prepare tu comida favorita

Sonrió a la voz de su abuela hablándole desde la cocina, agarró ambas maletas para subir a la que sería su habitación desde ese día, la verdad creía que era la mejor decisión que pudo tomar en toda su joven vida, después de fallar el examen de admisión, huir a ese pueblo fue lo mejor que se le ocurrió.

Así evitaría la ira de sus padres, por supuesto les dejo una nota para que no se preocupen, volvería cuando dejen de estar molestos, además necesitaba un tiempo lejos de todo, para encontrarse a si mismo y saber que es lo que realmente quería.

Lo primero que llamo su atención, fue la ventana con una vista espléndida del bosque a unos cuando decímetros, recordaba que solía darle miedo por todos esos cuentos que sus abuelos le contaban, pero no todos eran tan malos.

En especial recordaba un cuento que su abuela siempre le contaba cuando lloraba o era regañado por sus padres, sobre mágicos seres que cuidaban el bosque, y que con su magia se transformaban en bonitas mariposas, para recorrer los alrededores, su abuela decía que eran pequeñas hadas.

Esa historia si que le gustaba.

De niño siempre perseguía mariposas para ver si eran hadas del bosque, tonto, pero así es la inocencia de un niño que creía todo lo que le contaban

Sonrió sacudiendo la cabeza, desempacaría después de comer y tomar un siesta, viajar 5 horas en autobús no era tan cómodo como parecía, se le habían dormido las piernas, y había un niño que no dejaba de llorar o gritar, bajar de ese transporte había sido tan magnífico.

Miau

Volteó a ver el gato peludo que entraba como si fuera un rey, su cola alzada y caminando lento en cortos pasos, era un felino de 6 años, aún recordaba cuando sus abuelos le enviaron la foto el día que lo adoptaron de un refugio - Hola señor Lui, te ves bien - saludo dejándolo subirse a la cama, negó riendo y salió de la habitación.

Durante la comida, no faltó la hora de contar historias, su abuela no perdía la costumbre, mientras él y el abuelo escuchaban atentos, aunque ya conocieran todos los relatos.

Al terminar, ayudó a su abuela a recoger y lavar, ya que estaría ahí por algunas semanas o meses, debía ayudarlos, también iría con su abuelo a la tienda que tenía en la plaza del pueblo, era ma única por la poca cantidad de habitantes.

Volvió a la habitación después de comprobar que la señal era realmente mala, al parecer no podría comunicarse seguido con sus amigos o su hermano, pero estaba bien, después de todo fue para desconectarse del mundo por un tiempo; empujó la puerta y vio a Lui saltando para atrapar una mariposa media púrpura.

Lui, no! - exclamó cuando la atrapó con sus dos manos y la estampó en el suelo, corrió para apartarlo y revisar que siga viva, el gato trato de arrojarse sobre ella, pero Taehyung lo hizo a un lado - No, ella también es un ser vivo - reprendió al felino como si entendiese, Lui maulló dando saltitos hasta salir, y Taehyung resopló volviendo a ver la mariposa, era muy bonita, estaba seguro que nunca vio una igual, parecía brillar.

Que bonita - murmuró tomándolo en su mano, la cual era del mismo tamaño, sonrió encantado de poder verla más de cerca, ella movió sus alas lentamente, pero parecía que una de sus alas estaba lastimada - Debería dejarte ir, pero así serás presa fácil para los cuervos, hoy que hay muchos por aquí - habló mirando a la ventana, se puso de pie y busco algo para ponerla, la tendría hasta que su ala se cure y pueda volar sin problema, era una buena obra,

My little fairy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora