Llevaba una semana yendo al mismo lugar, tocando el mismo repertorio de canciones por algunos billetes, que a decir verdad, no eran precisamente muchos, de hecho, eran poquísimos.
Juanjo lo veía llegar con entusiasmo cada día, no estába ahí mucho rato, pero disfrutaba cada segundo.
Lo admiraba a lo lejos, notaba como no tenía ni un solo fallo, jamás, era perfecto, y pensaba en que le encantaría algún día poder sonar así.
También le encantaría conversar con el chico, absolutamente todos los días lo consideraba, pero nunca tenía el valor suficiente para acercarse al de bigote, además se le complicaba pues éste mismo iba a tocar el piano y se iba de inmediato cuando terminaba de hacerlo.Nunca se tomaba ni una pausa para estar un tiempo más en el lugar, comer o tomar algo, no, de hecho le avergonzaría hacerlo, sentía que ese lugar ahora solo estaba disponible para su trabajo y nada más, pero en realidad, Martin también pensaba todos los días en hablarle a la única persona que notó que le importaba lo que hacía.
Pero lo veía siempre muy concentrado en su puesto de trabajo en el bar, así que no veía la manera de interrumpirle, no quería molestarle y quizás no valía tanto la pena hacerlo.
Hoy se supone que sería otro día más, llegó, tocó el mismo repertorio de canciones que ya le quemaban la cabeza, hasta le empezaba a irritar.
Y se levantó, dispuesto a irse, terminando de haber hecho lo justo y necesario. Pero se tomó una pausa para fijar su mirada en el chico del bar, para darse cuenta de que le estaba mirando él antes.
Apenas juanjo se percató de lo que ahora era un contacto visual intenso, le sonrió a la lejanía.Martin tomó esto como una buena señal, como que se le estaba dando el permiso de hacer lo que tan nervioso lo ponía, y lo pensó mil veces antes.
Tomó su bolso y miró ahora de reojo a la salida, a punto de ir hacía ella, pero dando media vuelta y sin mirar atrás ni pensar en sí estaba bien o mal, caminó recto hacía el bar del restaurante.- ¿Que te sirvo? - Juanjo habló con una sonrisa de oreja a oreja cuando tuvo de frente al chico.
- Eh... No sé nada de esto... Dame algo suave por favor. - Estaba a punto de salir corriendo por la vergüenza, se arrepintió veinte veces y más de no haber pensado antes en lo que diría. Nunca tomaba alcohol, probablemente lo había hecho una o dos veces en toda su vida, y no tenía ni puta idea de nombres de bebidas, con qué se tomaban, o cualquier cosa relacionada, sabía absolutamente nada del tema.
Juanjo empezó a movilizarse, preparando lo más parecido al incierto pedido del vasco.
- Aquí tienes. - Dejo el vaso en la barra, viendo fijamente al chico probar el trago, y soltando una risa baja cuando hizo una cara de desagrado.
- Perdona... No tiene nada de malo, solo no estoy acostumbrado. - Seguía avergonzandose constantemente incluso después de haberle dado un trago a la bebida que él ni siquiera había sabido pedir directamente.
- Oh, no, no, no te preocupes. - Le respondió medio riendo con una sonrisa, mirándole embobado, pensando todo el rato en qué añadir a la conversación. - Te veo todos los días venir a tocar el piano, es lo mejor de la noche, al menos de las mías, - Soltó de pronto haciéndo que Martin eleve su mirada con los ojos muy abiertos, sorprendido y halagado por sus palabras.
- Ah, gracias, aunque no creo que dure mucho, estoy buscando otro trabajo porque esto me deja poco y nada de dinero... Pero me la paso bien, que es lo importante. - Le daba vueltas al contenido de su vaso mientras hablaba en un tono bajo, el cuál era su tono de voz normal, o al menos cuando estaba nervioso, tímido.
- ¿Pero seguirás buscando trabajo en algo relacionado a la música? Al piano, sería espectacular porque lo haces demasiado bien, en serio. - Lo miraba muy centrado en lo que decía y hacía énfasis en las palabras ya que más que nada tenía ganas de dejarle muy claro lo muchísimo que admiraba su talento en el instrumento.
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La Melodía / Juantin
RomantikMartin no tiene un trabajo estable pero su pasión es el piano y hace lo posible para dedicarse a algo relacionado. Juanjo, un amante de closet del arte y la música, trabaja en el bar de un restaurante, queda cautivado con el chico al que escuchó to...