Si

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— El querer estar contigo, y la admiración que siento por tu talento. - Martin escuchaba con una sonrisa.

— ¿Admiracion? - Soltó una risita.

— Sí, todos los días en el restaurante, espero a que llegues para escucharte tocar el piano. - Se asinceró.

— Todas las noches, espero verte ahí, escuchandome, y tocar para ti. - Agregó Martin con una sonrisa y las mejillas rojas como un tomate.

— Me gustas, Martin. -

4 meses después...

Se encontraba Juanjo en el restaurante, se le empezaba a hacer una agobiante fila de gente, normal en un día como San Valentín.

— Hey, llevo aquí media hora esperando que me atiendas. - Escuchó una voz alterada que lo asustó en un principio, hasta que se dió cuenta de que solo era Álvaro acompañado de Bea

— Bobos ¿Que haceis aquí? - Seguía sirviendo bebidas con toda la rapidez que su cuerpo le permitía. -

— Te sorprenderá más ver a quién tenemos aquí. - Se rió Bea, cuando detrás de ambos salió Martin.

— Martin! - No muy responsable de su parte, salió de su cubículo de trabajo, para abrazar al chico.

— Joder Juanjo. - Dijo Álvaro, teniendo que reemplazarle rápidamente para no hacer enojar a los clientes.

Ambos chicos se abrazaban, cuando Juanjo se separó, con una expresión tierna, mirando a Álvaro.

— ¿Me harías un pequeñisimo favor? - Álvaro rodó los ojos sabiendo que le pediría reemplazarle en el trabajo un rato para estar con Martin.

— Vale. - Respondió de mala gana, aunque era de los que mas se alegraba por la "pareja"

Mientras Álvaro hacía el trabajo de Juanjo con Bea a un lado ayudándole, los dos chicos iban de la mano hacía el piano del restaurante.

— Perdón por no venir la últimas dos semanas eh, sabes que he estado muy ocupado con mi trabajo en la cafetería. - Acariciaba la mejilla de Juanjo mientras lo decía.

— No tengo problema con eso, me alegra de hecho que te esté yendo bien. - Martin soltó una sonrisa reluciente de felicidad.

Se quedaron unos segundos acariciando sus manos delicadamente mientras miraban al piano fijamente.

— ¿Aun tenemos el plan de enseñarte a tocar el piano? - Preguntó el de bigote levantando la mirada.

— Obvio! - Le sonrió Juanjo con un brillo en los ojos y entusiasmo.

¿Golden Hour? - preguntó el menor con una sonrisa ladeada.

— Obviamente! - Juanjo enterneció su sonrisa. Tocarían su cancion favorita, que había conocido gracias a Martin.

Juanjo colocó sus manos encima del piano, y Martin las suyas sobre las del mayor. Las movió lentamente posicionandolas en la escala correcta.

Presionó con los dedos formando una melodía que después de dos teclas fue erróneo.

— Esto suena fatal eh. - Comentó Juanjo haciendo reír a Martin.

— Vale pues te enseño. - Hizo que Juanjo quite sus manos del piano. - Con la mano izquierda tocas estas notas. - Agarró su mano con la suya indicándole donde presionar.

— Es imposible joder. - Se equivocaba constantemente.

— Y con la mano derecha sigues este patrón. - Volvió a enseñarle.

— Vas rapidísimo. - Seguía intentando mientras era guiado por el de bigote. - Solo tu puedes hacerlo así de bien. - Lo miró, bajando su mirada hacía sus labios.

— Eh? No es verdad! - Rió nervioso mientras se sonrojaba levemente.

Siguieron intentando hasta que en un intento logró completar el patrón completo del principio de la canción.
Sonaba muy bien, y la compañia hacía la situación algo muy dulce.

Su canción favorita, con su persona favorita.

— ¡Lo hiciste! - Le felicitó el menor.

— Gracias a ti. - Sonrió acariciando sus manos entre las suyas.

— ¿Estas muy coqueto hoy, no? - Se burló Martin haciendo reír a Juanjo.

— ¿Que dices? - Se rió nervioso. - Pues, hoy es San Valentín. -

— Pero no somos novios... Asi que... -

— Es el día del amor y la amistad, bobo. - Se reían como una pareja de jóvenes enamorados, tal cual lo que eran.

— Pero yo si quiero ser tu novio. -

Juanjo estuvo unos segundos shockeado por el comentario, mirándose ambos a los labios y ojos constantemente en un par de segundos que parecían horas.
Se iban acercando lentamente, se sentía como estar en una película, ambos sentados delante de un piano, con luces cálidas, música de jazz y mucha gente al rededor, que a pesar de eso, se sentía como si solo ellos estuvieran en ese lugar.

Cuando se besaron, todo se detuvo, en sus mentes no había espacio para los y lo demás, solo eran ellos dos, y su propio ambiente, romántico, como eran ellos.

— ¿Comemos algo? - Sugirió Juanjo.

— Vale. - Dijo sin realmente haber escuchado de lo distraído que estaba pensando en lo que había pasado. Tan enamorado.

Se levantaron aún de la mano yendo juntos hacía una mesa del restaurante.

Miraron a Álvaro algunos segundos, riendo al verlo aparentemente enojado al tener que seguir trabajando por Juanjo.

— Me gusta este lugar. - Comentó Martin con una sonrisa tierna.

— ¿Te gusta? A mi me aburre venir a trabajar, pero es lindo aquí. - Agregó el mayor.

— Aquí te conocí. -

Tomaron sus manos mientras se miraban a los ojos sonriendo.
Sintiendo mil cosas por segundos.

— ¿Que somos? - Preguntó el de bigote.

— ¿Que quieres que seamos? -

— Es obvio ¿no? - Se sonrojaba Martin.

— No lo es, dime. - Se rió levemente.

bobo - Se rió también el menor.


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⏰ Última actualización: Jul 05 ⏰

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La Melodía / JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora