Iban todos en el auto de Bea, no era especialmente pequeño, pero para seis personas, se hacía bastante estrecho.
Bea manejaba y rus iba de copiloto, eran las que mas cómodas iban pues atrás, Álvaro, Chiara, Juanjo y Martin iban sumamente apretados y muertos de calor.
Era sofocante estar ahí y sumando el hecho de que el camino no era precisamente corto. Eran las 12 de la tarde y estuvieron en ese auto 1 hora hasta que a las 1 de la tarde llegaron a su destino.
Fueron primero que nada a un restaurante para almorzar y luego disfrutar del día con más libertad.
Estaban los seis sentados, riéndose, comiendo, picandose, pasandola bien en general.
— Tío que guay que nos juntaramos todos. - Dijo Bea pues seguía pareciendo un chiste la manera en la que se conectaron todos por ciertas personas.
— Y todo gracias a mi y a Martin. - Agregó Juanjo con una sonrisa ladina.
— Los chicles... - Dijo Álvaro riendo de inmediato.
— ¿Qué? - Preguntaron Juanjo y Martin al unísono.
— Porque están todo el dia pegados. - Aclaró Bea echándose a reír junto a todos en la mesa. Todos menos Juanjo, quién no le hizo ni una pizca de gracia.
— Por cierto ¿Cuales son los planes para hoy? - Preguntó Ruslana cambiando de tema al darse cuenta de el mal humor de Juanjo, no queriendo que se sienta incómodo.
— Pues vamos al mar, jugamos un rato y luego nos vamos de fiesta ¿no? - Mencionó Álvaro.
— A mi ese plan me parece perfecto. - Añadió Chiara, coincidiendo con todos en la mesa, menos Martin quién no es gran fan de las fiestas, pero para no arruinar el plan, no dijo nada, aunque con tan solo una mirada Juanjo se dió cuenta de su opinión.
Tal como mencionaron en lo planeado, así lo hicieron, fueron a la playa con sus trajes de baño, tirándose todos de inmediato al mar, menos dos chicos.
— Pinta bien el día de hoy eh. - Mencionó Juanjo mirando de lejos a sus amigos.
— La mayor parte del día, sí. - Dijo terminando en una risita.
— ¿No te apetece la fiesta, cierto? - Martin se sorprendió un poco al haber sido comprendido tan fácilmente, sin tener que explicar nada antes.
— Bueno, voy a ir, pero no me encantan las fiestas. - Decía tímidamente al no querer ser una molestia.
— No es obligación que vayas, podríamos escaparnos. - Sugirió con una sonrisa traviesa.
— No te arruinaré la fiesta, sé que a ti te gusta ¿Vamos con los chicos? - Cambió de tema y Juanjo al darse cuenta de eso simplemente asintió y le siguió.
Jugaron un rato hasta que empezaba a oscurecer y el viento helado hacía su aparición.
Sobre la arena, ya secos y con ropa abrigada, caminaban rumbo a donde sería la fiesta organizada por otras personas, sería en la misma playa, asi que no les quedaba precisamente lejos.
Habían luces, un bar, y mucha gente saltando y riendo, Alvaro, Bea, Ruslana y Chiara se integraron de inmediato, mientras Martin seguía analizando que hacer ante la situación.
—¿Quieres tomar algo? - Le ofreció Juanjo notando su incomodidad.
— No... No realmente, pero si quieres puedes ir tu. - Sentía culpa en parte de que Juanjo no se haya integrado también a la fiesta.
— Que sosos ahí ustedes, vengan! - Se les acercó Álvaro de pronto, tomandoles del brazo y uniendolos a la ola de gente.
Martin estaba quieto, o intentando estarlo mientras era empujado por la gente al rededor. Juanjo al notarlo, decidió que ya era suficiente.
Le tomó del brazo y lo sacó de ahí, yéndose mas lejos, dónde la música y los gritos se escuchaban bajo.
No había nadie ni nada más que la arena y la luz de la luna.
— ¿Que hacemos aquí? - Preguntó Martin cuando por fin se detuvieron.
— Pasarla bien, en la fiesta no lo hacías. - Se sentó sobre la arena.
— Joder Juanjo yo de verdad no quiero arruinarte el día. - Habló angustiado aún de pie.
— Calma, de verdad, estoy mejor aquí. - Le quitó importancia al asunto mientras Martin se sentaba a su lado tímidamente.
— Que frío, no? - Miró Martin como Juanjo se recostaba en la arena.
— Está bien así, es el clima perfecto. - Le siguió, recostandose también a su lado.
— ¿Estas enamorado, Juanjo? - Preguntó directamente.
— Depende de que consideras que es estar enamorado. - Giró su mirada hacía sus ojos brillantes.
— ¿Que es estar enamorado para ti? - Lo miraba expectante, estirando su mano hasta alcanzar la mano de Juanjo, y acariciarla con timidez.
— Exactamente lo mismo que siento por ti. - Dijo mirándole directamente a los ojos, sin temor. - No podría describirlo. -
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La Melodía / Juantin
RomantikMartin no tiene un trabajo estable pero su pasión es el piano y hace lo posible para dedicarse a algo relacionado. Juanjo, un amante de closet del arte y la música, trabaja en el bar de un restaurante, queda cautivado con el chico al que escuchó to...