𖤐 𓈒࣪ ᭡ ˖ The Archer. ( 𝐚𝐠𝐮𝐬 𝐱 𝐩𝐢𝐩𝐞 )

O1 ; 𝘊𝘰𝘮𝘣𝘢𝘵

Agustín Lain, más conocido como "el chico fantasma", no era nadie más que un chico tímido e inseguro. Todo lo contrario a alguien social. No era alguien relevante o importante, pero su forma rara de ocultarse de los demás llegó a ser suficiente para que se convirtiera en un blanco fácil para las burlas.

Si era sincero, Agustín nunca supo cómo socializar. Los pocos "amigos" que tuvo simplemente dejaron de hablarle cuando este empezó a ser molestado en la escuela. Ellos no dieron explicaciones, pero Agustín sabía muy bien porque lo habían hecho.

Esa fue una de las primeras cosas que aprendió sobre las amistades y relaciones sociales. Él sabía que, entre más reservado seas, más molestado serás y si no querés ser parte de eso, solo tenés que actuar como alguien "normal".

Él jamás supo cómo ser alguien normal.

Y, ciertamente, todos concordaban en que, Agustín no vivía, él solo estaba ahí, existiendo nada más.

Aunque si era sincero, al principio, Lain no entendía porqué tenía que ser él a quien molestaran, si el nunca le había hecho nada a nadie. No le encontraba sentido, pero luego entendió que no se trataba de quién le hacía qué cosa a quién, no, esto se trataba de quién tenía poder sobre quién.

Y Agustín no tenía poder sobre nadie.

[ . . . ]

Se despertó debido al sonido de la alarma que había puesto en su celular. De mala gana lo tomó y la apagó frotándose los ojos para tratar de quitarse el sueño.

No estaba emocionado, para nada. Se supone que hoy iniciaban un nuevo ciclo escolar, y lo que era, probablemente, una de las mejores etapas para los adolescentes de su edad, para Agus solo era una tortura diaria. Aunque ya se había acostumbrado a ella.

Se levantó de la cama, mareándose en el proceso. Caminó un poco hasta quedar frente al espejo que tenía en la pared de su cuarto.

Suspiró al ver su reflejo. Llevaba un mes haciendo una "dieta" a base de fruta y agua porque se había dado cuenta que estaba muy subido de peso.

Aunque no veía cambio alguno, se veía igual de gordo que hace un mes. Eso lo frustró de cierta manera, quizá se estaba pasando con la fruta, creyó que debería comer menos.

Sin ánimo alguno, se cambió de ropa; poniéndose el uniforme de la escuela, el cual notó que por alguna razón, ahora le quedaba notablemente grande. Luego, fue hasta una mesita que tenía en su cuarto y, agarró el maquillaje que estaba ahí. Se cubrió los golpes y las ojeras que tenía, al menos quería lucir bien el primer día de clases.

Aún sabiendo que al final del día llegaría con golpes nuevos.

Bajó hasta su cocina, tomó un vaso y lo llenó de agua. Eso fue su único desayuno, no tardó en salir de su casa y dirigirse a la escuela, disfrutando sus últimos minutos de paz.