02 ✨ ángel

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Harry podía sentir sus pies dejando de aplastar las hojas. Ninguna rama, ningún árbol obstaculizaba su carrera. Había adelantado a Zayn y el bosque se había mezclado en su cuerpo sin calar o arañar ni siquiera un poco alguna parte de él. Su sonrisa no dura tanto como él quisiera, su amigo no tarda en transformarse en una veloz ráfaga de viento borrosa, tal así que era como si este nunca hubiera estado ahí.

—Es tan ridículo que sigas creyendo que puedes ganarme —la sonrisa de Zayn resplandece en el atardecer.

Está disfrutando, Harry lo sabe. Su derrota, una vez más, solo logra alimentar el ego de su amigo. Antes de que Zayn pudiera atacarlo con un poco más de arrogancia, Harry susurra:

—¿Qué demonios es eso?

Echan a correr. Zayn lo vuelve a adelantar a pesar de que ha empezado a moverse unos segundos después, ha llegado y se ha mezclado entre las personas desesperadas. Todo el mundo está gritando y corriendo sin saber muy bien a dónde ir. Los cohetes y petardos están estallando por doquier, creando confusión y pánico. Zayn persigue cada movimiento extraño que ve, intentando pasar desapercibido. Un petardo estalla frente a él, pero no muy alto, haciendo que su oído derecho se ensordezca. Él gruñe y se mueve más enfadado hacia el fuego que los atrajo hasta ahí.

—¡Apártalos de aquí! —grita Harry a lo lejos, a lo que Zayn levanta una ceja aún despistado, escuchando un zumbido que le impide entender.

Así que, Harry respira hondo directo hacia los petardos, estrujándolos como si fueran papel hasta reducirlos en pedacitos. Hay un gemido no muy lejos cuando quiere ignorar todo y seguir destruyendo, un cohete se enciende, haciéndolo reaccionar. Inmediatamente lo atrapa con su puño y al cerrarlo la pieza se convierte en cenizas y humo. Nadie ve aquello, se han alejado lo suficiente de la entrada del instituto.

Y hay una chica llorando pero todo lo que Harry ve es a él.

Ella lo está golpeando en el pecho, preguntando qué demonios ha pasado. Él intenta calmarla con desesperación.

—Lo has matado... lo has matado, Louis... —y se desmaya.

—Así que, ¿tú eres el que está haciendo todo este desastre?

Louis está paralizado, sosteniendo el cuerpo de su hermana, sin pensar si quiera en responder. Su ropa chamuscada 6 agujereada, deja ver grandes manchas rojas en su piel.

—¿Y tú quién eres? —masculla dejando a Charlotte en el césped.

Harry guarda silencio, Louis no puede evitar sentir pánico y aquel viejo conocido calor envolverlo con fuerza, ejerciendo presión contra sus pulmones. Así que grita que se aleje, cuando el chico se acerca, pero por supuesto Harry no obedece.

—He dicho que te alejes.

Casi no ha levantado sus manos pero ha sido suficiente para lanzar dos bolas de fuego algo grandes, que inmediatamente causan la caída de dos árboles. Charlotte, él ni siquiera puede susurrar cuando se gira a mirar el lugar donde está ella. Puede sentir las lágrimas caer de sus ojos y evaporarse con su propio calor. Los dos árboles van a caer encima de él y no hace esfuerzo alguno en apartarse. Ni siquiera lo piensa. Sólo se mantiene quieto, sin moverse. Lo siguiente que siente al sollozar es que unos brazos fuertes lo rodean. Él no ve ni siente cómo los troncos caen encima de ellos y se hacen trizas. En cuanto nota un movimiento abre los ojos para ver los arboles y el cielo moverse. Deja de respirar y puede ver la mandíbula filosa del chico, como si de un fantasma se tratase. Y como un bobo solo se le ocurre preguntar:

—¿A dónde me llevas?

Por alguna razón piensa que no va a contestar, tiene miedo a volver a hablar, lo cuál es ridículo, porque Louis no es alguien tímido o reservado. Algo más ridículo es creer que el chico era un ángel. Así que apoya su cabeza en su hombro, tratando de no llorar.

—Vamos a casa.

Louis no es capaz de formular una palabra porque avanzan con prisas, y algo pasa con los árboles, porque— bueno, se da cuenta de que ellos los están atravesando. Están pasando a través de ellos como si no estuvieran ahí, como si no fueran solo aire. Un nudo se queda atrapado en su garganta, siente sus manos arder y una fuerza aplastarlo poco a poco, dejándolo confundido y agotado. Así que asume que no están ahí, que nada es real. Alarga la mano para ver si están atravesando todas esas ramas de verdad. Intenta respirar para sentir un poco menos pero le resulta casi imposible, todo lo que capta es la fragancia que lo arropa.

𝐖𝐞'𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐭 𝐦𝐚𝐫𝐯𝐞𝐥 𝐬𝐮𝐩𝐞𝐫𝐡𝐞𝐫𝐨𝐞𝐬 [ 𝐋.𝐒 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora