3. La persecución.

4.7K 686 112
                                    

La algarabía en el pueblo era un poco irritante para Jungkook quien no encontraba verdaderas razones para estar en esa carrera esa noche.

En la tarde cuando la noche comenzaba a caer los omegas de collar rojo comenzaron a reunirse alrededor de las antorchas, en el mausoleo había una explanada amplia donde se haría el baile del ritual, los omegas en cuestión realizaban movimientos para aprender la danza tradicional, en el fondo los tambores sonando de manera desordenada.

El ambiente era en general de expectación y Jungkook constantemente se sentía ser el centro de las pláticas de los aldeanos.

Incómodo, así se sintió.

Jungkook tomó asiento justo en medio de los alfas, al igual que ellos su cuerpo fue adornado pero era el único que llevaba joyas de oro, lo que hacía que su piel luciera resplandeciente, está estaba pintada al igual que todos los participantes del ritual con símbolos antiguos que proclaman bendiciones para la fertilidad y el amor.

Vestido solo con una túnica roja amarrada con un lazo dorado por la cintura. Sus pies habían sido marcados también y alrededores de los tobillos tenía una cinta dorada con hilos colgando.

El al ser el alfa más alto de todos sobresalia ante la mirada enamorada de los omegas que lo veían.

Pero Jungkook no correspondía a ninguno, razón por la que no podía concretar su estancia en ese lugar. Sin lugar a dudas era mejor era mejor ser expectador. Su mirada viajaba atravez de los omegas con collar rojo preguntándose cómo es que correría detrás alguno de ellos.

Aún así  los observó detenidamente pues no quería decepcionar a su padre antes de que él pusiera todo de su parte.

Tenía que admitir que todos se veían hermosos. Al igual que él las túnicas de colores brillantes y con adornos en su rostro,  cuerpo y piel. Omegas hembras y machos estaban allí, tratando de llamar su atención, pero ninguno parecía ser esa persona especial que se proclamaria su pareja. Algunas omegas tenían un cuerpo curvilíneo y otras más estaba altas y mostraban sus melenas con gracia absoluta. Los omegas macho por su lado solo le miraban con desafío tratando de no ser tan demostrativos, pero Jungkook podia darse cuenta de esas sonrisas insinuantes hacía su persona.

No despreciaba a ninguno en realidad por qué sabía que alguno de ellos podría ser el próximo a ser su pareja.

Una bocanada de aire le trajo a su nariz un montón de aromas distintos, por lo general dulces. Jungkook alzó el rostro y cerró de los en busca de esa esencia especial pero tristemente ninguno fue de su interés.

—Esa estatua es un poco intimidante, no cree.

Jungkook buscó al alfa que acaba de decir eso.

A su lado izquierdo estaba sentado un alfa  de poca estatura y menos corpulencia que él miraba hacia lo alto de los muros del mausoleo.  Parecía nervioso con eso del ritual al igual que Jungkook, así que también
Observó la estatua agradeciendo poder distraerse de todo aquella situación.

—La Omega afrodita, esos de allí son sus guardianes. — Señaló los cuatro pilares con fuego alrededor del mausoleo, eran unos leones con antorchas, el fuego salía de sus bocas.

—Parece tan hermosa,  jamás he visto nada igual.

Jungkook sonrió.

—No deberías desear conocer a una diosa como esa, se dice que hechizaba a los guerreros haciéndolos pelear en este mismo mausoleo por su amor cuando uno ganaba tenían que enfrentarse a sus guardianes.

El alfa bajó la vista lentamente con miedo.

—Solo un guerrero logró matar a sus guardianes, y fue el único al que la Omega le entregó su corazón, fue venerada por los primeros ancestros.

Corazón de ciruela dulce.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora