𝗖𝗔𝗠𝗕𝗢𝗬 // 𝗠𝗜𝗡𝗦𝗨𝗡𝗚

𝗩𝗜.

— Hola — saludo el rubio extrañado, Minho sonrio levemente tras recibir de  vuelta el saludo, un par de segundos tarde cabía aclarar.

— ¿Como estas? — volvió a gritar sobre la música, el rubio le siguió mirando de una manera que el castaño no podía descifrar.

Su mirada era extraña, había una mezcla entre curiosidad, sorpresa y algo que Minho podía describir como... ¿hostilidad? Quizás solo estaba sobrepasando todo, ¿por que habría de ser hostil el rubio con su persona?

— ¿Qué haces hablándome? — había soltado extrañado el más bajo, Minho le miró con una ceja alzada, eso sí que había sonado hostil.

Tal vez Minho no imaginaba cosas.

— Ah yo... mmmh — El mayor apretó los labios pensativo, en realidad no podía simplemente soltar sus motivos como si nada, eso era jodidamente grosero, admitir que le hablaba para follarselo.

Aun que mientras más lo pensaba menos razones lógicas tenía, no es como que  tuvieran una red de vínculos independientes unos de otros y totalmente externos, para nada, de hecho lo único que podía unirles era su trabajo de historia sobre personajes importantes para el desarrollo humano en la vida moderna.

— Solo quería hablar — termino por admitir, el rubio arqueo una ceja y aparto su vista de él, mirando a Changbin y Felix bailar a lo lejos.

— ¿Y eso a que se debe? — pregunto, esta vez con un tono más relajado, pero sin mirarle un poco a los ojos — No habría razones para hacerlo, ¿o si? — solto mirandole levemente de reojo.

Minho rasco su nuca, si había razones, quizás no las más éticas y de hecho las razones era una sola, pero ahí estaba su razón — Creo que eres... agradable — explico torpemente.

La risa del rubio resonó en sus oídos, Minho se sintió extrañamente nervioso y el rubio le volvió a mirar, pasando su vista de arriba hacia abajo, haciendo sentir a Minho extrañamente pequeño.

— Bien — solto con simplesa — Soy agradable — escucho afirmar por lo bajo al menor — Tu eres... pues, no lo se, muy común — se atrevió a decir, mirando al castaño con cierta burla, los ojos ajenos se abrieron sorprendidos.

El no era común, el era Lee Minho, uno de los chicos más guapos de la escuela, perfil de dios Griego, cuerpo de infarto, carismático como la mierda, el no era ordinario. Si que Jisung era distinto a como Minho había pensado, pero no retrocederia, no importaba cuan afilada fuese su lengua, Minho conseguiría su objetivo.

Se iba a follar al maldito Han Jisung.

— No me habían descrito así antes — admitió mientras peinaba su cabello hacia atrás, eso había sido un golpe a su ego.

— No me lo habías preguntado antes — comentó con simplesa el más bajo, encogieendose de hombros y mirandole de reojo de manera desafiante.

¿Qué mierda le pasaba al rubio?