[𝘕𝘦𝘸 𝘝𝘦𝘳𝘴𝘪𝘰𝘯]
Han Jisung, el nerd del salon; un chico pequeño que usa ropa enorme, gafas y un peinado ridiculo, siempre caminando tan timido y siendo tan pequeño, vaya raro.
Quokka, uno de los camboys mas famosos y sexys que Minho jamas vi...
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El sábado por la noche Minho estaba listo desde las seis treinta, pese a que Misuki había aclarado varias veces que la fiesta iniciaba a las nueve.
De hecho, Minho se había estado preparando desde la una en punto.
Corriendo de aquí para allá, cambiando mil y un veces la camisa que usaría, los pantalones, los zapatos e inclusive, pese a lo tonto que sonase, su ropa interior.
Minho quería que todo fuera perfecto, perfecto para poder hablar con Jisung. Estaba nervioso, no iba a mentir.
Nervioso por saber que el rubio que iba en su preparatoria era que con el que tanto fantaseo.
Con el que tanto soñaba y se moría por tener una sola parte de el, una simple mirada, una muestra de atención.
Minho jamás imagino que alguien como Jisung, un verdadero cero a la izquierda, fuese el mismo que semana con semana metía enormes penes de plástico por su culo, no imagino que sería aquel sensual chico que pese a no poder ver su rostro te cautivava.
Nunca imagino que alguien como Jisung fuera irrealmente sexy.
Y estaba nervioso, quizás esta era una oportunidad única en su vida, una que debía aprovechar al máximo, debía conseguir aún que sea una integración con Jisung. Un beso era lo mínimo que pedía.
Y su plan era simple, acercarse como amigo, entablar conversación, fingir que estaba borracho y besarle, y ver que sucedía después.
Quizás era afortunado y tenían sexo, o solo lo ignorarla, y Minho podría fingir al día siguiente que había estado muy borracho y no recordaba nada.
Parecía simple.
Pero solo eso, lo parecía.
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Cuando el auto de la pelinegra se estacionó fuera de la linda casa con luces de colores y fuerte sonido.
Minho bajo de él auto, siendo seguido por un chico pelinegro llamado Jeongin y una chica peliroja llamada Yuna. Misuki había dicho la verdad, quería invitar a Minho como amigo, justo como había invitado a Yuna y Jeongin, alumnos de primer año que había visto una o dos veces por los pasillos.
El grupo de adolecentes ingreso a la casa, la música a todo volumen dolía en los tímpanos Minho, las luces lastimaba levemente sus ojos y el humo que se esparcia por todo el lugar picaba en su nariz. Una fiesta adolecente, justo como en las películas que solía ver hace un par de años, como las odiaba.
Se alejo de sus acompañantes con la excusa de ir al baño, aun que en realidad había ido a dar una vuelta por la casa, para ver si casualmente, en realidad no tan casual, podía encontrarse con Jisung.
El rubio había sido todo en la mente del castaño durante días, solo podía pensar en el, es como si su mente hubiera desechado todo lo importante y en su lugar solo conservar a Jisung.
Incluso vio los últimos 2 directos de Quokka, y mierda, cada vez que recordaba que aquel sexy chico que montaba dildos como un jodido profesional, era el mismo que usaba sweateres enormes y andaba por los pasillos con la cabeza baja y mejillas sonrosadas, eran el mismo, no podía evitar correrse.
Jisung le estaba haciendo mal.
Quokka le estaba haciendo mal.
Mierda, sus hormonas de adolecente caliente le estaban haciendo mal.
Tras un par de minutos pudo ver a lo lejos a Jisung, tenía un sweater blanco, sus enormes y torpes gafas y su cabello peinado hacia un lado.
Minho solo pensó 2 cosas.
Que lucia muy formal para una fiesta adolecente con alcohol y posiblemente drogas, incluso se animaba a aplaudir la valentía del rubio al traer un sweater blanco a un entorno como lo era una fiesta.
Y la segunda fue lo lindo que se veía, como resaltaba sobre la multitud, Minho juro haber visto una enorme luz blanca iluminarle, haciendo inevitablemente su vista caer sobre el.
Se acerco con paso lento, podía sentir su corazón queriendo salir de su pecho y sus manos sudorosas.
¿Era normal estar tan nervioso?
Una vez estuvo frente al más bajo carraspeo, al no recibir reacción del contrario tomó aire y para ser oído sobre la música solto en tono alto:
- Hola, ¿Como estas? - el rubio volteo a mirarle unos segundos.
No dijo nada.
Y entonces Minho se preguntó si su plan sería tan fácil.
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