Capitulo 03

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Bajé de la camioneta, ajustando mis lentes mientras observaba a mi guardaespaldas detrás de mí

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Bajé de la camioneta, ajustando mis lentes mientras observaba a mi guardaespaldas detrás de mí.

—¿Este es el lugar? —preguntó él, dirigiendo su mirada hacia la pequeña pero elegante casa frente a nosotros.

—Supongo que Namjoon decidió ser independiente hace un año —respondí con un suspiro de cansancio. Había sido obligado a venir aquí porque Taehyung estaba ocupado en una conferencia. ¿No se da cuenta de que también tengo trabajo?

Señalé la puerta y mi guardaespaldas tocó el timbre. No pasó mucho tiempo antes de que la puerta se abriera, revelando a un hombre alto con camisa blanca y pantalones negros, que me superaba en altura por una cabeza.

—¿Sí? —me miró, sonriendo mientras lo hacía—. Jin... ¿a qué debo tu visita?

—Sería más educado dejarme pasar —respondí con firmeza.

El hombre rió y abrió su puerta, indicándome que podía entrar. Miré a mi guardaespaldas, quien entendió que era hora de retirarse. Ingresé a la pequeña casa, que estaba impecablemente limpia y era del tamaño de toda mi sala. Miré por la ventana y noté un pequeño jardín con sillas y una mesa, donde había un libro y unos lentes. Asumo que estaba leyendo.

—He escuchado que eres muy hermoso —dijo, sirviéndome un vaso de agua—, y ahora que te veo... lo compruebo.

—No vine aquí por tus halagos —respondí.

—¿A qué se debe entonces su presencia? —preguntó Kim, ofreciéndome el vaso de agua que acepté. Él se sentó frente a mí, sus ojos fijos en los míos.

—Vine porque quería saber si conocías a esta persona —dije, sacando mi celular y mostrando la pantalla con la foto de aquel chico y él juntos.

Kim Namjoon observó la foto, tomó un sorbo de agua y sonrió. ¿Siempre sonreía de esa manera?

—¿Por qué? —inquirió.

—¿Lo conoce? —pregunté.

—Si.

Sonreí pero antes de que pudiera responder, me interrumpió.

—¿Por qué? —repitió, con un tono más serio.

—Es un asunto privado —respondí guardando mi celular—. ¿Podría darme su dirección?

—No.

—¿No? —pregunté, sorprendido.

—A menos que sepa la razón por la cual lo buscas.

Un matrimonio arreglado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora