Nombres

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- ¿Que sos?

Al escuchar esa pregunta, el joven apartó un poco la mirada. El señor intentó bucar la razón por la cual el chico se incomodó, pero no la encontraba.

-Disculpá si te ofendí o algo, solo que aún no comprendo. ¿Acaso ya morí?

- Pero-! ¡No! Estas perfecto.

-Estás... ¿Más crecido?

En efecto; lo que alguna vez fue un niño luminoso, ahora era un joven, por lo tanto era más alto.

Confundido, el chico se examinó rápidamente para luego romper el silencio que invadía el ambiente.

-Mierda, tenés razón...

Por alguna razón, al hombre se le hacía conocido aquel joven. ¿De donde? no sabía, pero algo se le hacía muy familiar: Su pelo, sus gestos, su voz...

-Disculpá, pero ¿yo te conozco? -No pudo evitar preguntar. La curiosidad había ganado la batalla.

El chico levantó la mirada, esta expresaba confusión pero lentamente, una sonrisa se dibujó en el rostro del muchacho.

- ¡Tal vez! -Respondió el joven entusiasmado.

- ¿Cual es tu intención? ¿¡Que querés de mí!?

De manera brusca, el de rulos se levantó alterando al muchacho. El señor no tenía ganas de lidiar con algo que podría ser el mismísimo diablo.

-Me cansé de este juego. O ya me morí o simplemente sos el resultado de mi mente rota o... o algo peor...
Me tengo que ir.

Dándole la espalda a la luz, el hombre se encaminó a su hogar caminando entre piedras, ramas y pequeños roedores que salían en la noche. Estaba cansado de todo, ¡Nisiquiera sabía que le ocurría! ¿Una luz? ¿¡Un joven de lentes brillante!? Probablemente su propia mente quería volverlo aún más loco

-"Mente rota" -Pensó el ser- ¡No te vayas!

El hombre frenó. Sintió una extraña mezcla de miedo y curiosidad pero aún así no se dió vuelta.

-No me dejes solo porfavor. Aún me da miedo la oscuridad.

"No me dejes solo"...
No es que le daba lástima...
Sentía que debía hacerle caso a aquel mounstro, sabía que tenía que hacerlo pero... ¿Por qué?
Se dió vuelta para quedar cara a cara con el joven.

-¿Te puedo mostrar algo?

-Depende.

-¿Ves esa casa de allá?

El joven señaló una vieja casa &alejada. Apenas se veía, pero el hombre pudo localizarla.

-Hasta donde yo sé, esa casa siempre estuvo ahí. La verdad es que me da mucho miedo... -Se sentía apenado. Ya de por sí estaba algo asustado, pero ¿quien lo podía culpar?

-Vamos a ir allí.

El edificio quedaba muy lejos, tardarían mínimo una hora en llegar.

-No... ¡No!, de seguro querés matarme o algo así...

-Entiendo que soy un ser anormal, ¡pero prometo que es por una buena razón! ¡Te quiero ayudar! ¡Puedo ayudarte a recuperar tu pasado!

-No me mates... no me mates...

-Vas a venir conmigo, quieras o no.

Obligado y espantado, el hombre caminó tras el paso del joven luminoso.

En el cielo reinaba la luminosa luna junto a sus compañeras: las estrellas.
Los dos caminaban torpemente, tropezando constantemente con pequeños ratones, pero se mantenían de pie con la única meta de llegar a aquella casa.

-¿Por qué te estoy haciendo caso? -Hablaba el hombre de rulos para sí mismo- ¿Por qué te hago caso? ¿¡Como se que vas a ayudarme a devolverme mi pasado!?

-¡POR DIOS!, ¡DIJE QUE CONFÍES EN MI, ROBERTO!

...

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Ñe


¡HELP! I NEED SOMEBADY
¡HELP! NOT JUST ANYBODY
¡HELP! U KNOW I NEED SOMEONE
¡HEEEEELP!
   

○La Luz Mala○ - ☆CUARTETO DE NOS☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora