Tablas, Clavos y Recuerdos. (FINAL☆)

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    El dúo entró lentamente a la vieja casa. Roberto estaba entusiasmado por saber como recuperaría su pasado, pero a la vez... las tablas sueltas, la madera podrida y la humedad le daban un asco total.

  Decidió explorar el piso de arriba, donde en un pasillo encontró una habitación que le era muy familiar. Al adentrarse en ella, pudo encontrar una ventana, dos camas viejísimas y vidrios rotos en el piso.
Esa habitación era muy curiosa; en las paredes habían papeles en los que apenas se entendía su contenido, una biblioteca con piedras en un estante, cajones vacíos en el piso y varios libros debajo de las camas. El techo goteaba, las paredes estaban podridas y cada que el de rulos daba un paso el sonido de las tablas lo alteraban.

Con cuidado, bajando las escaleras, miró al chico.

-¿Como esperás que recupere mi memoria acá? -Le preguntó bajando el último escalón. Por poco se cae. Aún así, cuando concentró su mirada en la luz, esta ya no estaba.

De pronto, Roberto se sintió observado, algo que en verdad lo incomodó, pero se concentró en mantenerse cuerdo y quedó allí; solo y estático.

Algo se mueve atrás tuyo, Roberto. Este giró y vió como su sombra, con total facilidad, se fugaba de donde siempre había estado, detrás de Roberto.

  Esta comenzó a subir los escalones hacia las habitaciones. Roberto, tras los pasos de su sombra, caía, se tropezaba, etc. Una vez arriba, la sombra se introdujo en una de las habitaciones abandonadas.

Roberto entró asustado, no sabía que haría una vez delante de su sombra, pero de milagro, nada macabro lo esperaba del otro lado de la vieja puerta.

  Como serpientes de tinta, esas memorias se deslizaban por las paredes de la habitación retratando aquellas mañanas, tardes y noches donde dos niños hablaban, reían o incluso lloraban.
Tristes, felices, enojados, asustados... ni así podían separar a los niños. Eran unidos, eran hermanos.

Roberto intentó llamar a la luz pero... ¿cual era su nombre?
¡Su nombre! Nunca se lo había preguntado...

Tan rápido y ágil como el viento, aquellas manchas se trasladaban de un lado a otro hasta salir nuevamente de la habitación. Roberto las seguía, no quería perderse de nada, nisiquiera si su cuerpo estaba herido.

Escenas borrosas, risas, gritos, todo. Todo aquel show de títeres terminó en una tragedia. De dos hermanos y un padre, un hijo y un padre, y finalmente: Un hijo.

-Siempre me cuidaste, no podía permitir que te papá te mate. -Comentó su hermano brillante detrás de Roberto.

- ¡Ricardo! -Roberto corrió a la luz para observarla con algo de orgullo y miedo- Tenía todo en orden ¡No tenías que interponerte entre papá y yo!

-Pero lo hice, y ya no estoy vivo, Roberto.

- ¿Eh?

-Ya tenés todo tu pasado, y siempre va a estar atras tuyo. Pero te queda todo un futuro, ¿si?... aprovechalo bien, Robert.

-¿Te estas despidiendo? Riki, ¿te vas?

De un segundo a otro, todo quedó en oscuridad. Aquella luz ya no estaba y aquellas sombras volvieron a donde pertenecen: detrás de Roberto.

Salió de la casa frustrado. Cuestionó si todo había hecho había sido buena idea, ya que apenas podía voltear a ver el edificio donde vivió toda su infancia antes de olvidarlo todo.

Ya había amanecido. Estaba en la cocina, sentado. Recordando como la noche anterior pasó de haber intentado quitarse la vida, a terminar reencontrandose con su difunto hermano de rizos. Pensaba en que habría pasado si esa noche no hubiese provocado a su papá, o si Ricardo no se hubiese interpuesto entre el y su padre pero... lo hizo.

Ya estaba muerto y no podía hacer nada por el. Salvo una cosa.

☆☆☆


Días después, fue a la ciudad para tomar un colectivo hacia Buenos Aires y vivir un tiempo en la casa de un conocido por un tiempo. Su amigo Topo lo esperaba con brazos abiertos, listo para hospedarlo.

Una vez en el vehículo, este pasó por el campo donde vivió toda su vida. La vieja casa tenía un cartel de "VENDIDO", al igual que la casa donde vivió en su adultez, la cual estaba a pocos kilómetros del edificio de su infancia.
Recordó como se lastimó al perseguir aquellas sombras pero...
Solo quedaba ver como todo eso se alejaba, levantarse y continuar su camino.




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○La Luz Mala○ - ☆CUARTETO DE NOS☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora