El cuerpo de Juan Carlos Hódar se mira pequeño en la cama de hospital, con tubos conectados a él.
"Soporte vital," Violeta le dice a la persona al teléfono, mientras observa a su padre acostado y sin moverse tras el vidrio. "Lo han tenido que poner en soporte vital."
"Dios. Lo siento tanto. ¿Quieres que vaya a recogerte?, o ¿qué quieres que haga? ¿Puedo hacer algo?"
Ella se encoge de hombros, pero entonces recuerda que Julio no la ve. "No," dice. "Es-" quiere decir que está bien, que no se preocupe, pero, "No, no hay nada que hacer. Lo único es esperar."
"Y tener esperanza," su novio dice en la otra línea, determinado pero suave. "El señor Hódar es fuerte. Yo lo sé."
Violeta ríe. Es un sonido hueco. "Nunca le ha gustado que lo llamases Juan Carlos. Tampoco creo que le gustases mucho." Imagina a Julio encogiéndose de hombros por sus palabras, su cabello cayendo sobre su rostro por el gesto. Está en el armario de suministros o en el baño, escondiéndose de sus compañeros de trabajo para contestar la llamada.
"Dejaré que me pegue cuando se despierte." Violeta finge no notar que Julio usa 'cuando', y él finge no notar que ella usa el tiempo pasado cuando habla de su padre. "Te lo repito otra vez, él no está a favor de la violencia física. Mierda ¡en un minuto!" Violeta aleja el teléfono de su oído cuando Julio le grita a alguien, es tan agudo y ruidoso para ella en estos momentos. "Te visitaré esta noche, ¿de acuerdo? Hablaremos y-."
"No." Aclara su garganta cuando se da cuenta que pudo haber sonado muy dura. "No, me gustaría estar sola esta noche."
"Oh. Está bien." Julio no la presiona. Nunca lo hace. Piensa que eso es lo que más le gusta de él. "Bueno, sólo hazme saber si...perdón, tengo que irme."
"No pasa nada. La Señorita Oliver te matara si no te vas." Imagina su media sonrisa, leve y gentil. La cual no le ayuda a la pesadez al fondo de su estómago. "Adiós, Julio".
"Adiós. Te amo," hace un intento. Cuando ella no dice nada, él solamente suelta un pequeño suspiro, Violeta está segura que Julio no se ha dado cuenta de que lo ha escuchado, y cuelga.
Ella continúa observando a su padre.Al final, sí llama a Julio, estando bajo la influencia del vino y el dolor. Él llega a su casa cinco minutos después, casi como si la estuviese esperando. Justo ahora, a Violeta no le gustaría pensar en nada. Ella sólo quiere sentirse un poco menos miserable. Un poco menos vacía. Quiere sentirse como si su padre fuera a estar de pie en cualquier momento, lleno de vida y de desaprobación por su elección de hombres. Como si él nunca hubiese presionado fuertemente los frenos del auto, en un intento desesperado por evitar un choque con un camión, las llantas chirriando en la nieve pintada de negro.
Hay algo en los ojos de Julio cuando lo deja entrar; como si tuviera un secreto del cual Violeta no está al tanto, y ese secreto es la respuesta a todas sus preguntas. No espera a que ella pregunte. En lugar de eso, él mismo comienza la conversación.
"El soporte vital significa mucho dinero, Violeta," no es la mejor manera que se le pudo ocurrir para iniciar una conversación. Violeta siente cómo sus vellos se erizan antes de que se obligue a calmarse. Julio tiene buenas intenciones. Siempre las tiene. Así que no dice nada, y mejor, lo deja hablar. Él continúa. "Dinero que no tenemos."
"¿Crees que no lo sé?"
"Pero conozco una manera para conseguirlo." Apoya la cabeza en su mano, mirándola mientras ella observa el techo. "La odiarás, pero es una manera segura."
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toma mi mano | Kivi
FanfictionEl padre de Violeta ha sido puesto en soporte vital, y convertirse en la novia de Chiara Oliver es su última oportunidad para poder pagar las facturas del hospital. Por el dinero, algo insensible, inmoral e impersonal. Créditos para la talentosa au...