CAPÍTULO V

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"POR FIN HAS LLEGADO"

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Cuatro hombres se hallaban bien acomodados en el carro de Armando en dirección al Mesón de San Diego. Dos de ellos ya podéis imaginar quiénes son: el presidente de Ecomoda y su cuñado. Los otros dos también trabajan en esa empresa, uno como vicepresidente financiero y el otro de mensajero.

En efecto, Nicolás y Freddy cuando se enteraron por casualidad que Armando y Mario irían en busca de las muchachas, se ofrecieron sin ningún disimulo a acompañarlos. Llevaban todo el día intentando enterarse del lugar a donde pensaban ir de rumba las chicas. Cuando ya casi habían desistido de sus propósitos, Freddy escuchó la conversación de los dos ejecutivos y fue a informar de inmediato a Nicolás. Su interés tenía nombre de mujer, por supuesto. Dentro de ese grupo había dos muchachas que les movían el piso. ¿Os podéis imaginar quiénes? Sí... lo habéis adivinado: se trataba de Aura María y de Sandra.

Mario antes de salir había llamado a Camila al celular. Por nada en el mundo quería tener problemas con su esposa por presentarse esa noche en el Mesón. En un principio Camila se había indignado:

C: ¡Te lo advertí, Mario! ¡Nada de perseguideras! ¿Acaso no confías en mí? ¿Es que no puedo salir con las muchachas a tomar una copa?

MC: No es por mí, mi amor. Yo confío en ti plenamente. No es eso... Se trata de Armando

C: ¡Mario Calderón, no me gusta nada que utilices a mi hermano para encubrir tus acciones!

Mario tragó saliva. Su mujer estaba muy enfadaba, lo notaba en su tono de voz, y no era justo. Él no tenía la culpa.

MC: Camila, escúchame, por favor. Te estoy diciendo la verdad. ¿te acuerdas de lo que hablamos respecto a Armando y su asistente?

C: (Sin saber a dónde quiere ir a parar su marido) Sí...

MC: Pues no te puedes imaginar lo preocupado que está porque ella salga de noche con las muchachas. Dice que le ha prometido a don Hermes y a doña Julia que la cuidará, pero yo creo que hay algo más. Jamás lo había visto tan protector y menos con alguien tan poco agraciado...

C: (Empezando a creer que su marido le está diciendo la verdad) ¡Te lo dije! Armando parece como si estuviera enamorado de Betty pero eso es absurdo: acaban de conocerse y está así desde el primer día que la vio... ¡No te digo que le montó una escena de celos a Nicolás delante de las secretarias!

MC: Mi amor, no creo que pueda retenerlo. Si tú quieres yo no voy, pero él fijo que va para allá...

C: ¿Por qué le dijiste donde estábamos?

MC: Lo siento, mi vida... Se me escapó. Es que él hablaba de que estarían en un lugar de "depravación y desenfreno" y sin darme cuenta le dije que el Mesón no era un sitio así. Lo siento. Tienes que creerme que no lo hice a propósito. Por nada en el mundo me arriesgaría a pasar otra semana como aquella...

Camila no puede evitar sonreír al recordar la semana a la que él se refiere. Ella se había enfadado mucho porque una modelo con la que Mario había tenido una relación años atrás se había acercado a ellos durante un cóctel y le había dado un beso en la boca a su marido a modo de saludo, sin cortarse ni un pelo por su presencia. En el fondo sabía que no era culpa de Mario, pero le indignó tanto la escena, que lo castigó una semana sin hacer el amor. Y lo peor para él es que no permitió que la tocase, pero a propósito utilizó durante esos días su ropa de dormir más provocativa. Sí, estaba segura que él haría cualquier cosa por evitar volver a pasar por lo mismo.

C: Está bien... te creo, no te preocupes. Lo que no sé es cómo le voy a explicar a las muchachas

MC: ¿Y si no les dices nada y nos presentamos allá como por casualidad?

Por fin haz llegado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora