extrañarte || exequiel zeballos

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ya habían pasado 5 días desde que mi mamá decidió que lo mejor era irnos. trate con todas mis fuerzas que entrara en razón, que comprendiera que nuestra vida estaba acá, y que irnos iba a hacer más complicado el duelo. 

pero si hay algo en lo que nos parecemos es en lo tercas que somos; no hay forma de sacarnos algo de la cabeza cuando ya tomamos una decisión. ella ya había elegido.

ya había conseguido el lugar que se convertiría en nuestra casa, y estaba tramitando el tema de los pasajes. 

mi mamá no les había dicho nada a los zeballos. en ese sentido respeto mi decisión y me dio mi tiempo para que se enteren por mí. para que exe se entere por mí.

en estos cinco días no había encontrado las palabras adecuadas para contárselo. sabia que no se lo tomaría bien, que le dolería tanto como a mi y que no lo aceptaría hasta que me vea irme.

pero en algún momento le iba a tener que decir. mi mamá ya estaba guardando de a poco las cosas en cajas, ya había conseguido quien llevaría los muebles hacía buenos aires. ella ya estaba lista para empezar una nueva vida, en buenos aires, sin mi papá.

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ahora mismo me estaba preparando para ir a ver a exequiel a su casa. mi mamá ya había sacado los pasajes y apenas faltaban días para que abandonemos santiago del estero, ya era hora de que le cuente a exe lo que estaba pasando y todo lo que iba a pasar después. 

anoche me había deshidratado de tanto llorar. saber que iba a tener que separarme de exe era sumamente doloroso. él era el único que había podido sacarme de la cama cuando se me estaba cayendo el mundo. y ahora mi mamá quería distanciarme de él. seguía sin entenderla.

ella sabía que ante la perdida de un ser tan querido como lo era un padre, uno necesitaba estar rodeado de gente que lo ame. ella sabía que en momentos así necesitamos a aquellos que están, estuvieron y van a estar siempre. ella más que nadie sabía que esto era un error, que no solucionaríamos nada huyendo, que no serviría de nada alejarnos de nuestro hogar. 

pero ya había tomado una decisión, y no había vuelta atrás.

flor: me voy, no me esperes para comer– avisé yendo hacía la puerta, no sin antes dejar un beso en la frente de mi hermanito.

graciela: para hija–pidió mientras se levantaba del sillón– perdóname, yo se que irte te duele tanto como a mi, pero va a ser lo mejor para todos.

flor: no, mamá, sabes que no es así, que estas siendo egoísta y que solo queres huir– las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos– no va a ser lo mejor para nadie. ni para mí, ni para vos, ni para theo, ni para exe, ni para nadie.

graciela: no seas así conmigo, pensa en mí también, todo es difícil desde que tu papá nos dejó– se acercaba a mí a medida que hablaba.

flor: vos pensa en mí, mamá!– mi tono de voz comenzaba a elevarse– ya se que todo es dificil, que todo cuesta, pero seguís estando equivocada– terminé de hablar y me dirigí a la puerta– y papá no nos dejó, vos lo estas dejando.

con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta me encaminé a la casa de mi mejor amigo, de mi exe. 

en menos de 5 minutos ya estaba en la puerta de su casa. me sentía mal, tenía nauseas y sentía que no tenía fuerzas. todas las maneras en las que pensé para decírselo se habían esfumado de mi memoria. los nervios me invadían y el corazón me iba a mil. estaba por romperle el corazón, como mi mamá lo había hecho conmigo.

lizzy: hola, corazón, cómo estás?– al notar que mis ojos estaban rojos y aguados no dudó en abrazarme– ay, mi chiquita, que tenés?– me sobaba la espalda al mismo tiempo que depositaba pequeños besos en mi cabeza.

flor: ¿está exequiel? necesito hablar con él– pregunte luego de respirar hondo y calmarme un poco–

lizzy: si, amor, está en su pieza, pasa– le agradecí y me dirigí a la habitación.

no pude evitar llorar cuando vi fotos de exe y yo juntos de cuando éramos más chiquitos. que complicado que iba a ser todo a partir de ahora.

golpeé la puerta y esperé a escuchar la voz de exe.

exe: pasa, ma!– gritó desde adentro–

entré y me lo encontré en cuero tirado en la cama, jugando a la play, como siempre.

exe: hola, mi chiquita– se sorprendió al verme. 

rápidamente pauso el juego y se acercó a abrazarme.

los abrazos de los zeballos eran sanadores.

exe: ¿esta todo bien?– se separo un poco del abrazo para poder mirarme– tenes los ojitos hinchaditos– sus manos se posaron en mis cachetes y dejaron leves caricias.

flor: no, exe, tenemos que hablar- 

exe: me asustas, flor, ¿qué pasa?- 

bueno, perdón la tardanza.

este es un poco más cortito que los anteriores, perdonen ah.

vamos a interactuar un poco...

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graciasss a todas y todos lo que estan apoyando esta historiaa, les prometo que de a poquito voy a ir avanzando💙