Hablar

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Acostado en su cama y mirando el vacío, Jimin se rascaba la panza tenía unas pequeñas ojeras bajo los ojos por culpa del mal sueño. El omega se sentía despechado, era domingo y lo pasó todo el día allí tirado, dejando que la resaca lo consumiera para ver si ese dolor de cabeza le hacía olvidar el dolor de su alma y corazón.

Taehyung estuvo temprano por la mañana para ver cómo seguía, pero tuvo que irse ya que él sí tenía una familia a la cual dedicar tiempo de su vida. Eso solo deprimía más a Jimin, era cierto lo que decía su mejor amigo, no se hacía más joven y ya estaba muy viejo como para seguir llorando por un alfa cada fin de semana.

Quizás después de que Jungkook lo eche de su vida tenga que conformarse con otro alfa para tener sus hijos, al menos para dejar descendencia y a quien heredar su empresa cuando muera. Lo cual sería muy pronto ya que tendría una vida sin sabor y aburrida, pero por lo menos se encargaría de hacer feliz a sus hijos. Esa sería la misión de Jimin.

El tono de notificación de su celular lo sacó de su nube deprimente, el teléfono brilló y sonó en la oscuridad de la habitación e Jimin estiró sus manos para alcanzarlo, cuando lo tuvo al frente de su cara su ceño se frunció ante la luz, sus ojos ardieron y dejó escapar un suspiro fastidiado.

"Nochu;

Minnie, lamento si esto es repentino, pero necesito hablar contigo.

Estoy subiendo a tu apartamento en este momento."

Solo bastó un microsegundo para que Jimin estuviera fuera de la cama nada más al leer el mensaje, dio un par de vueltas por su habitación sin saber que hacer, ¿Una dicha? No tenía tiempo, tampoco para cambiarse el pijama por algo lindo y atractivo, ni que decir del maquillaje. El omega corrió al baño para lavarse la cara y secarse rápido con una toalla.

Fue a su maquilladora y tomó corrector para tapar sus sombras, y por último, se sacó los pantalones de su pijama quedando solo con su camisón, era un tipo bata semitransparente que llegaba a mitad de sus muslos, le gustaba la sensación de los pantalones que le hacían juego así que los ponía también.

Pero ahora no los necesitaba en su plan, ¡Tenía que seducir y persuadir a ese tonto alfa! No lo dejaría ir tan fácil, al menos podría luchar por él o tenerlo entre sus piernas una última vez, estaba pensando seriamente en dejar de beber sus pastillas también para quedarse con una "pequeña parte" del alfa, pero eso no sería bueno.

Jimin se puso sus pantuflas blancas de conejo y caminó a la puerta principal de su hogar, esperó y suspiró profundamente tratando de calmarse un poco. Escuchó cuando tocaron el timbre, pero no abrió de inmediato, no quería verse tan desesperado, dejó pasar un minuto y después abrió. Allí, al otro lado de la puerta estaba el dueño de sus males.

Jungkook en todo su esplendor, parecía tranquilo y aliviado de verlo, seguía teniendo su aire de chico malo, pero su mirada estaba más suavidad, sin embargo, podía notar toques de preocupación en él. Lo dejó entrar haciéndose tras la puerta, en cuando el rubio estuvo dentro cerró y no siquiera pudo voltear a verlo antes de que fuera agarrado.

El alfa lo pegó contra la pared y se metió entre sus piernas, Jimin había dejado escapar un pequeño grito de sorpresa, pero no se resistió en absoluto cuando Jungkook tomó sus labios en un beso lleno de hambre. El omega no se resistió y envolvió a su baby con sus piernas, entrelazando sus tobillos entre sí y colgándose de su cuello.

Manos firmes manoseaban su trasero con saña, metiéndose bajo su bata y por las orillas de su ropa interior, el rubio se frotó contra él sacando jadeos de su boca, lo cuál aprovechó para meter su lengua y volverlo un desastre más jadeante del que ya era. Minutos después tuvieron que separarse por falta de aire, un pequeño hilo de saliva los unía y un poco se escurría del mentón del pecoso quién estaba sonrojado y comenzaba a mojarse.

𝐒𝐔𝐆𝐀𝐑 𝐌𝐎𝐌𝐌𝐘 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora