Descubiertos

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El aroma de comida hizo que su estómago vacío sonara. Jimin se sentó en la suave cama de forma soñolienta, estiró los brazos por encima de su cabeza y tomó a tientas la bata suya que estaba en el suelo para ponérsela, el pecoso salió de su habitación soltando un bostezo.

Siguió el olor y los sonidos de la cocina encontrándose con una buena vista, allí estaba el alfa rubio preparando el desayuno, lo único que tenía puesto era un pantalón de pijama que el omega le había prestado para que pudiera dormir la noche anterior.

No hizo ruido al acercarse, sólo se pegó a la espalda del alfa y le rodeó la cintura con los brazos mientras dejaba un pequeño beso entre sus omóplatos. Sonrió al sentir como Jungkook se tensó levemente bajo su tacto antes de continuar lo que hacía de nuevo.

—Buenos días. —Jimin murmuró dejando otro beso en la espalda del rubio, tanteó sus manos por el abdomen de Jungkook y bajó llegando a la orilla del elástico de su pantalón.

—Ni siquiera lo pienses, tienes trabajo y yo tengo clases, hay que apresurarse. —Jungkook terminó de poner los huevos revueltos con tocino y pan tostado sobre la barra del desayuno, apagó la estufa dándose vuelta para encontrarse con el dueño de su lujuria, lo miró seriamente no dejándose llevar por esos enorme ojos de cachorro que le puso.

—Pero Jungkookie. —el pecoso chilló haciendo un puchero, se apegó al pecho del rubio y miró hacia arriba batiendo sus pestañas con rapidez, sólo se ganó un beso fugaz antes de que el alfa lo llevará a sentarse al frente de su comida.

—Sin peros, ahora come todo para que tengas buenas energías hoy. —demandó el rubio llenando una taza de café y dejándola al lado de la comida que le dio al pecoso, también tomó asiento al lado de este y comió más de la mitad de su pan con un bocado.

Jimin no dijo nada pero siguió con sus pucheros, comió en silencio admitiendo internamente lo delicioso que cocinaba el alfa, ¡Iba a ser un gran cocinero para sus bebés! No podría estar más orgulloso del alfa que eligió como futuro esposo.
Y mientras que Jimin ya fantaseaba con su boda, Jungkook miró su celular después de escucharlo sonar, aún faltaba un par de horas para que su clase empiece así que podía comer tranquilo y hacer que Jimin fuera a su trabajo.

"Namjoon:

Hermano, ¡NECESITO QUE ME HAGAS EL FAVOR DE LA VIDA! ¡Tengo un parcial a primera hora de matemáticas y física, pero no entiendo la mitad de las cosas!

¿Me ayudas a repasar? ¿Por favor? 🙏🙏🙏🙏🙏"

Jungkook se quedó mirando su celular un momento, la palabra 'parcial' se le repitió en la cabeza como una mantra, después, luces rojas y una alarma de alerta sonó imaginariamente en su cerebro, ¡El parcial de hoy, maldito idiota! Fue como si su propio subconsciente lo abofeteara en la cabeza para que despertase.

—¡Maldición! —el rubio se levantó de repente con esa exclamación asustando un poco al omega que desayunaba a su lado.

—¿J-Jungkook ? —Jimin miró preocupado como el rubio tomaba su plato y devoraba casi sin masticar todo lo que había en él antes de correr para lavarlo.

Jungkook agarró su taza de café y la bebió toda, preocupando más al pecoso pues era más que obvio lo caliente que estaría. Aún así el alfa pareció no importarle si se quemaba la lengua, porque dejó el recipiente vacío sobre la barra y corrió a la habitación de Jimin. No pasaron ni cinco minutos cuando el rubio volvió ya vestido y arreglándose un poco la camisa.

Revisó en sus bolsillos si tenía todas su cosas y solo entonces puso su atención en el omega que ahora había dejado su comida olvidada mientras observaba al rubio. Jungkook se acercó al mayor para plantar un beso con sabor a café sobre sus labios, duró unos treinta segundos devorando gustoso los pequeños jadeos de sorpresa que soltó Jimin por el arrebato.

𝐒𝐔𝐆𝐀𝐑 𝐌𝐎𝐌𝐌𝐘 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora