El Personaje Que Creé Está Obsesionado Conmigo

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Cuando reflexiono con calma, estaba débil.

Mi nivel y mis estadísticas estaban por los suelos.

No era más que un aventurero novato sin experiencia en misiones.

Incluso en mi propia opinión, yo era el peor compañero posible.

Pero Erina sugirió convertirme en su camarada.

Era imposible que ella no supiera que yo era deficiente.

No podía imaginarme enfrentándome al ejército del Rey Demonio cuando me llevaba siglos matar a un grupo de goblins.

"Me gustas".

Volvió a confesar Erina mientras me miraba, sin soltarme la mano.

Pero no era la respuesta que yo quería oír.

Aunque me quisiera, ser compañeros era algo completamente distinto.

"No puedo ayudarte".

"Entonces quédate a mi lado".

Era una petición poco razonable.

¿Por qué quedarse con un compañero que no proporciona ninguna ayuda?

Pero Erina estaba dando una respuesta sincera.

Realmente dijo que no le importaba mientras me quedara a su lado.

"No te defraudaré. Te protegeré".

"I..."

"Está bien no hacerse más fuerte. No hay necesidad de forzarte".

Pero yo no quería esa situación.

Quería ser tan fuerte como Erina.

Ahora mismo, todavía estoy en las primeras etapas del juego.

Cuando el juego comenzó, parecía tranquilo.

Pero cuando el ejército del Rey Demonio comenzó su invasión, la situación cambió rápidamente.

En el peor de los casos, podría llevar a la destrucción de la capital.

Incluso en una situación así, ¿podría Erina protegerme a mí, que no tengo ningún poder?

Siguieron las expectativas negativas.

Al menos, no podría ser una carga aunque no llegara a ser tan fuerte como ella.

La duda aún persistía.

Pero Erina se limitó a sonreír y a mirarme.

Instintivamente, me di cuenta de que ocultaba algo.

"Lo comprendo. Seré tu compañera".

Al final, acepté la propuesta de Erina.

No importaba cómo lo pensara, estar con Erina era la única manera de sobrevivir.

Pero ella bajó la cabeza en silencio.

"Eso no es suficiente".

A Erina no pareció convencerle mi respuesta.

Las preguntas se repitieron.

"¿De verdad puedes confiar en mí?"

"Sí."

"¿Puedes quedarte a mi lado pase lo que pase?"

"Sí, estaré a tu lado".

"Por favor, estate a mi lado en cualquier situación. Te lo ruego."

Erina me exigía respuestas hasta el punto de parecerme excesivo.

Sin dudarlo, respondí a sus preguntas, y el alivio apareció en su rostro.