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Obanai estaba en su finca alimentando a Kaburamaru mientras procesaba lo que acababa de escuchar. En cierto punto sabía que Tomioka evidentemente tenía serios problemas y que era un posible depresivo de mierda, pero jamás creyó que fuera tan literal como para autolesionarse.

Odiaba admitirlo, pero estaba preocupado, ¿debería comentarle al patrón la situación? No, en primera sabría que lo escucho. En segunda, prefería no meterse. Y el tercera, ese no era su maldito problema. Pero aún así...

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Jodido ya nisiquiera alcanzaba para describir su situación actual.

Kochou lo descubrió.

Mierda, ¿será que se lo dirá al patrón? ¿Lo expulsaran de la corporación? ¿Lo dirá enfrente de todos? ¿Será castigado? ¿Kochou se quedará callada? ¿Lo usara para manipularlo? Mierda, mierda, ya no podía pensar con claridad y todo esto había pasado en tan solo un día.

Quería despejarse y que mejor forma de hacerlo que dandose un baño. Puso el agua tibia-caliente, busco algo de ropa comoda y entró a ducharse, el agua cayendo sobre su largo cabello y el resto de su cuerpo en cierto modo lo calmaba, si no fuera por el instantáneo momento donde llegaba hasta sus piernas donde aún se encontraban algunas heridas profundas que aún no estaban cicatrizadas.

Lamentablemente podía decir que ya se había acostumbrado.

Salió de ducharse y seco su cuerpo con una toalla oscura, había tomado la costumbre de usarlas para que en cualquier caso, no se mancharan de sangre.

Nisiquiera ceno, no tenía energías para preparar algo ni tampoco hambre, así que fue directamente a su cama donde estuvo durante un muy buen tiempo mirando el techo. Por más que intentará, seguía dándole vueltas una y otra vez, "¿Qué pensaran de mi ahora?". Evidentemente cuando el sueño por fin parecía aparecer los primeros rayos de sol ya estaban invadiendo su habitación y no tuvo más remedio que levantarse.

Mientras desayunaba escucho a su cuervo entrar por la ventana, este traía una pequeña nota la cual ya se podía imaginar de parte de quien venía, de todos modos, solo dos personas le mandaban cartas.

"¡Buenos días Tomioka-san! ¿como estas? Te escribo para decirte que hoy a las 13:30 saldremos a comer todos los pilares juntos, ¡por favor ven! Disfrutó más cuando estoy contigo, y también para que no estes solo.

Ojalá vengas, ¡adiós!

att: Kanroji Mitsuri"

Se esperaba de todo menos una invitación.

Durante el tiempo que conoció a Kanroji a pesar de que él no fuera muy expresivo, la chica siempre se tomo la paciencia de hablar con él y tratar de formar algún lazo, lo cual realmente funciono. Se volvieron muy cercanos, y aún que Tomioka no hablaba demasiado, era evidente por sus muestras de cariño y las sonrisas que solo le dedicaba a ella que había formado parte importante de él, la consideraba su mejor amiga.

Podía rechazar las invitaciones de cualquiera, pero de Kanroji no ya que sabía que se esperaba un regaño y una aparición sorpresa en su hogar.

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-¡Les prometo que si vendrá, solo esperemos un poco más! -Ya había pasado el día y ahora estaban los pilares reunidos donde acordaron almorzar, estaban a la espera del pilar del agua el cual según la pelirosa, si vendría.

-Que jodida insoportable, no va a venir. -Shinazugawa ya estaba molesto, ese idiota siempre rechazaba cuando cualquiera lo invitaba a un lugar, ahora no tendría porque aceptar.

-¡Shinazugawa-san por favor! ¡Les prometo que si- -Mitsuri fue interrumpida por una vod familiar, a quien volteó a ver con brillo en los ojos.

-Perdón la demora. -Efectivamente, apareció.

Cara de rata. (Obagiyuu/Giyuuoba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora