Desde el día del juego de confianza Lucifer había hablado con Charlie de que no le gustaba que lo juntada con Alastor algo que ella entendió de inmediato dejando sus intentos a un lado aun que a escondidas aun lo intentaba, de igual forma ambos se dieron cuenta y Alastor para evitar esto había estado saliendo más de lo habitual a dar paseos cortos ya sea para robarle la alma a los demás o juntarse con su amiga Rosie siendo ella una fuerte ayudante en el último exterminio con los demás carnivales.
Ese mismo día como de costumbre Alastor salió con Rosie, apenas se habían visto hace tan sólo dos días pero Alastor se le empezaban a acabar las excusas para no encontrase con su soberano que para lastima de el empezaba a agradarle un poco después haber convivido en tantas actividades juntos.
Cuando llegó Rosie Alejo a los demás carnivales para abrazar a su amigo como si no se hubieran visitó en mucho tiempo, desde lejos se notaba la gran cercania que había entre estos dos amigos. Cuando ambos ya estaban sentados en una de las mesas del local Rosie sirvió un poco de café negro en la taza de Alastor
-¿Que te tiene que tan estresado?- pregunta Rosie mientras le servía el café, desde que llegó lo vio raro, más de lo de costumbre
-Ya no lo soporto-
Fue lo único que respondió sin sentimientos alguno en sus palabras más que irá y desesperación, desde mucho tiempo atrás Alastor hablo con ella de lo que le desagradaba del rey como lo era su actitud, inmadurez, estatura y para destacar su gran atractivo, vamos era el Ángel más hermoso creado hasta la fecha era obvio que cualquiera que lo vea al menos se le cruzaba por la cabeza intentar seducirlo por su belleza y poder aunque ningún demonio lo logró hasta ahora porque el salía con Lilith pero desde que esta lo abandonó el no siquiera había dejado que alguien le mirase el rostro, no fue hasta que su hija lo llamó por lo del hotel que el salió de si castillo.
-¿De quien estamos hablando ahora? Tu no soportas a nadie querido- hablo Rosie tomando un sorbo de su café esperando respuesta
-Sabes perfectamente que solo las personas que son de un rango superior a mi me hacen enojar de esta manera- Cuando dijo esto último era obvio de quien se refería, Lucifer soberano y rey del infierno
-Así es sobre el, en serio si te has acercado mucho a el?-
-Lastimosamente si, su insoportable hija intento más de una vez que nosotros habláramos y esto nunca salió bien, pero ahora parece que me empezó a caer mejor- con esto último Alastor terminaria su te dejándolo sobre la mesa con algo de rabia
-Vaya que estas enojado, pero y si intentas que su amistad prospere, intenta volverte su amigo, seguramente en algún momento puedas sacarle provecho a ésto- Su amiga lo conocía tan bien que pensaba que el se volvería solo su amigo por conveniencia siendo así que hablo como una afirmación
-Suena bien, me tengo que retirar- Era raro que el se fuera antes de tiempo, solía estar ahí por horas que su visita tan corta hizo que Rosie se decepcionara pero no opinó ya que sabía que Alastor tendría cosas que hacer dejándolo ir y despidiéndose
Una vez de nuevo en las calles Alastor estaba caminado tranquilamente aun sabiendo que uno que otro demonio y pecador que lo veía se asustaba con su simple presencia aun que esto a el demonio de la radio no le importaba en lo más mínimo y solo seguía con su camino al hotel como de costumbre, tal vez hablaría con Lucifer después de que su amiga Rosie lo animará, no estaría mal ser amigo de alguien con tanto poder de todas formas.
En eso Alastor se detuvo derrepente al sentir mojado sus zapatos bajando la mirada y notando que piso un líquido dorado como si de sangre de angel se tratase, empezando a seguir el rastro detenidamente sin levantar sospechas.
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