No era una noticia reciente que Sir pentious había llegado al cielo despues de redimirse con los ejercicios del hotel Hazbin, de igual manera ningún ángel de la corte aceptaba esto temiendo la traición por lo que de mayor rango tomarían la decisión de usarlo como creador de armas para los exterminios, tenía tiempo que se hizo esa reunión en la que Emily fue desterrada al abismo que ella alguna vez defendió teniendo firme su palabra que no perdonarían a ningún ángel rebelde como alguna vez lo fue Lucifer. Miguel el menor arcangel de todos al ser creado en un tiempo similar al de Lucifer concidernadolo como un hermano o al menos que alguna vez lo fue, siempre detesto a los pecadores porque sentía que era un reclamo del diario por no haber cuidado y enseñado lo suficiente a su única responsabilidad causado un asco a estas almas, siendo el primero de la corte de aceptar los exterminios el siempre protegió que ningún ángel involucrado causará problemas siendo tan cuidadoso que siempre dejaba a los mejores exterminadores para que siguieran las órdenes de Adam antes de su muerte.
Miguel permanecía sentado en su habitación venido desde lejos la ventana, su vista era directa al cielo y abajo estaba la ciudad de los ganadores, no tenía planeado hacer nada ese día más que firmar papeles como siempre lo había hecho desde su creación aunque esta vez pensaba enviar una carta al infierno en específico a Lucifer para hablar sobre Sir Pentious y el milagro que había causado su hija aunque si el era sincero aquella niña siempre la odio, no la conocía en persona, pero sabia cada pequeño detalle de ella aunque lo que más sobresalía del odio era el hecho de ser hija de Lucifer, ¿como era posible que su hermano haya tenido la oportunidad de ser feliz con su hija en tan infierno pero haya desaprovechado la oferta? El nunca hubiera negado eso si hubiera sido su casi...
Mientras el estaba centrado en sus pensamientos escucho a alguien abrir la puerta, eran dos exterminadores que entrañan listos para soltar a la persona que tenían en manos, era nada más y nada menos que Charlie
-La tenemos señor, como usted nos ordenó- dijieron ambas exterminadoras dejando a la chica en el suelo frente a el
-Cuando se los ordene? Jamás eh dicho aquello- Afirmo Miguel viendola con total desprecio, no entendía porque estaba ahí ni mucho menos las palabras de dijieron ellas.
-Pero, usted mismo nos dijo que quería a la hija de Lucifer- Miguel solo abrió sus ojos como plato al escuchar aquello, debía ser una broma, estaba pensando en recuperar la relación con su hermano y le salen con que habían secuestrado a su hija, y mucho peor en el mundo de los vivos
Ambas callaron, recordaban perfectamente las órdenes de una sombra alta que tenía una cruz en su ojos, el les dijo que quería a la hija de Lucifer para amenazarlo, aun así se veían nerviosas pensando en la posibilidad se ser engañados por un ente superior, tomando el cuerpo de Charlie dormido en sus brazos esperando nuevas indicaciones
-Vayan a darle a su hija a Lucifer, dejenla en su hotel y ni si se les ocurra volver al mundo de los vivos, no quiero que ninguna palabra salga de su boca, entienden? Segunda, vayan a investigar quien fue el idiota que se hizo pasar por mi.- mientras se tronaba los dedos veía a las exterminadoras salír de su vista y de habitación acercándose a su escritorio y tomando una hoja blanca de papel donde diría que tendrían una reunión ambos y que no mandara a nadie más. . . . Mientras tanto en el mundo de los vivos estaba un Lucifer atemorizado por la noticia de su hija, su desesperación se agrandó cuando se dio cuenta que todos los del hotel llegaron con las manos vacías a la juguetería donde estaban Niffty y el, era obvio que no lograrían encontrarla y el mismo se mal decía por no ser el el que haya ido a buscarla pero lo que más le decepciono fue ver a Alastor llegar como los demás, sin ninguna señal. El se lo prometio
-Luci... - se detuvo cuando se dio cuenta que estaba en un lugar público y después de recapacitar hablo nuevamente -Samael, me disculpó por no no encontrar a Charlie, me ofrezco para ir al infierno a buscarla haya si eso sirve de algo- con su mano en su pecho y una sonrisa que parecía más me nada burlona fue lo que harían estallar a Lucifer saliendo de aquel lugar con Alastor en manos y lanzándolo en un callejón mientras lágrimas salían de el
-¿Que acaso no te preocupas ni un poco por ella, verdad? No te importa que tan preocupado estoy y solo sigues burlandote con esa asquerosa sonrisa tuya que solo me hace sentir más culpable, puedes al menos mostrar respeto- Su voz se escuchaba más que nada enojada con el mismo, no era personal pero todo se le había juntado y hacia que se sintiera tan mál que no midiera sus palabras -Chinga tu madre, Alastor-
Después de el regaño que le dió Alastor se levantó sacudiendo su traje con su mirada concentrada en el suelo, aun no dejaba de sonreír pero al menos su rostro era serio y una vez que alcanzó a Lucifer y lo tomó de su mano lo obligaría a lanzar un portal al hotel para que ambos entraran.
Una vez adentró Alastor camino con el por todo el hotel desde la cocina hasta las habitaciones donde abrirían la puerta del cuarto de Charlie donde debajo de las sabanas estaba ella dormida
-Charlie- Dijo Lucifer con las mismas lágrimas de antes yendo a abrazar a su hija que estaba apenas despertando, las exterminadoras le habían dormido con su sedante de ángeles que le dormía todo su cuerpo
Una vez ver la escena se alejaría de ella atravesando el portal nuevamente para llegar a los demás que aun esperaban fuera de la juguetería esperandolos
-Por qué tu traje esta sucio?- pregunta Vaggie
-Ni lo menciones-
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Okey antes de que me juzguen por no subir cap debo de explicar que estuve medio ocupada de nuevo por las tareas y tal vez los próximos días hasta el Lunes igual aunque intentaré subir cap al menos cortos, en fin
