Historias de Vaharina: "Sucesos y secretos"

Capitulo 1-"Algo se acerca"

Bajo el cielo nublado y con el murmullo del Río Verde como fondo, el joven Eron Vallen, de 24 años, avanza decidido sobre su robusto corcel. Su cabello y barba color negro ondean al viento, enmarcando unos ojos cafés llenos de determinación. Su cuerpo fornido, con brazos y hombros gruesos, denota su vigor y fuerza. Mientras cabalga por la orilla del río, las montañas emergen majestuosas, y el imponente muro de niebla se perfila en el horizonte.

Eron es el hijo y heredero del líder de la casa noble Vallen, pero su corazón late por la esposa de otro hombre, Marcela, una mujer madura de 36 años con cabello castaño y ojos negros profundos. Marcela, delgada, alta  y de buena figura, espera a orillas del río, su presencia es tan imponente como las montañas que la rodean.

Bajo el peso de la prohibición y el peligro latente de desencadenar una guerra entre sus casas nobles, el joven Eron Vallen avanza con cautela por la orilla del río verde. Su amor por Marcela, la esposa del líder de la casa Roa, es un secreto que podría desatar el caos y la discordia entre sus familias. A pesar de los riesgos, su corazón sigue latiendo con fuerza, impulsándolo a desafiar las barreras impuestas por la sociedad y a enfrentarse a las consecuencias inciertas de su amor prohibido.
Durante pocos meses, él y Marcela han mantenido su amor en secreto, encontrándose a escondidas para compartir momentos robados de pasión y complicidad.

Eron había elegido cuidadosamente el lugar donde se encontrarían, cerca del muro de neblina, sabiendo que la mayoría de la gente evitaba acercarse a esa zona debido a su atmósfera misteriosa y desconcertante. Consciente de que la neblina densa y la proximidad al muro disuadían a la mayoría de las personas de aventurarse por allí, Eron había visto en ese lugar una oportunidad para encontrarse con Marcela sin ser vistos o interrumpidos. Su conocimiento del entorno y su astucia al seleccionar un punto tan apartado les habían proporcionado un rincón secreto donde podrían estar juntos sin temor a ser descubiertos.

Finalmente, Eron y Marcela se encuentran a la orilla del Río Verde, listos para entregarse al deseo que han guardado en secreto durante tanto tiempo.
El corazón de Marcela latía con fuerza mientras sentía los besos de Eron en su cuello y su mano deslizarse sobre su piel, a punto de comenzar a desvestirla. Sin embargo, en medio del deseo y la anticipación, su mirada se desvió hacia el Río Verde. Allí, emergiendo lentamente del impenetrable muro de neblina, vio un objeto flotante que se acercaba con cada momento que pasaba. Un escalofrío recorrió su espalda mientras la curiosidad y el temor se apoderaban de ella, interrumpiendo el momento íntimo que estaban a punto de compartir. A medida que el objeto se hacía más claro, Marcela se dio cuenta de que algo inesperado estaba a punto de perturbar su encuentro, cambiando el curso de la noche de una manera que aún no podían imaginar.

—Eron ¡espera!— dice Marcela con nerviosismo deteniendo las manos del hombre— Suélteme, algo se acerca en el río.

—¿Qué dices?— dice Eron mientras frunce el ceño.

—Algo muy grande está flotando en el agua, saliendo de la neblina—señala al río con nerviosismo—¡van a descubrirnos si nos ven juntos aquí!

A medida que el objeto se acercaba y emergía más claramente de la neblina, Marcela y Eron se dieron cuenta con creciente sorpresa de que era un barco.

—¿Un barco?¿cómo es posible que un barco navegue estas aguas?— menciona Eron con total confusión.—¿De dónde vendrá?

Marcela y Eron se miraron con incredulidad mientras el barco emergía de la neblina en el río. La situación era desconcertante, ya que contradecía todo lo que sabían sobre el entorno en el que se encontraban. Se habían convencido de que más allá de la neblina no había nada más que muerte y vacío, por lo que ver un barco surgir de ese supuesto vacío desafiaba toda lógica. Además, el hecho de que el barco navegara contra corriente y luego regresara siguiendo la corriente parecía imposible dada la fuerza del río. Se sentían muy confundidos sobre lo que estaba pasando frente a sus ojos.